|| A veces, el alma se pierde en su propia oscuridad. No todos logramos ver esa luz a lo largo del camino que nos índica a donde ir.
Notas de una alma perdida en el universo que se aferra firmemente a la esperanza de ser alguien. A la esperanza de e...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Es que así estamos.
Con el alma en llamas porque ya no vemos el tranquilo azul o el vibrante amarillo de nuestra bandera. Todo lo que se ve es rojo. Rojo de sangre y sufrimiento de un pueblo cansado de que exterminen sus esperanzas, cansado de verse obligado a marchar con sus alas rotas porque la opresión del gobierno lo hace sangrar.
Somos un país y estamos acorralados. El enemigo es claro y contra la pared amenaza clavar su espada, sin importar lo que haya en medio.
Sin balazos en el pecho también se muere. Se muere por el alma y a ellos, eso no les importa. Quien come con cuchara de plata no tiene derecho a causar cortes con diamante, los cortes sangran; pero incluso en llamas las ideas no mueren.
Acaban con el pueblo. Incluso si eso supone acabarse a sí mismos; están tan cegados por la avaricia que no ven el humo, tan sordos por la soberbia que no oyen los gritos y tan idos... Como para rehusarse a sentir la esencia que emana del suelo bañado en sangre.
