Prólogo

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Mi nombre es Kindred, Kindred Von Eilauren. Soy parte de los Eilauren, una sub-raza de pecadores, como un amuleto vivo que se fortalece con cada segundo que pasa con su portador. Para que esto suceda, se debe hacer un trato en el que ambos estén cómodos; de lo contrario, el vínculo puede romperse a voluntad. El problema es que los Eilauren sin amo son vulnerables y pueden ser fácilmente eliminados. Esta sub-raza suele aparecer en aquellos casi puros que han roto uno de los mandamientos conocidos... como me sucedió a mí.

Nací en la Corea contemporánea, siempre fui una niña obediente y amable, al menos eso era lo que mostraba, porque en casa sufría maltratos psicológicos y físicos para ser la número uno en todo. Si no cumplía, mi padre me golpeaba hasta hacerme sangrar y luego me encerraba en mi oscuro cuarto. Estos actos me llevaron a desarrollar claustrofobia y un trastorno de doble personalidad. Cuando mi otra personalidad emergió, los abusos se volvieron menos dolorosos, gracias al "lobo", una presencia dura, imponente y desprovista de sentimientos que apareció cuando más lo necesitaba.

Era el día de mi graduación universitaria, y estaba nerviosa. Durante la ceremonia, pasaron los nombres de los alumnos más destacados de mayor a menor reconocimiento. Solo éramos tres los que recibiríamos el diploma, pero mi nombre fue el último en ser llamado. No entendía por qué, si siempre entregaba mis trabajos a tiempo y tenía las segundas mejores notas en los exámenes. Quizás fue porque prefería trabajar sola en lugar de pedir ayuda o colaborar en equipo. Mi obsesión por ser la mejor y evitar el sufrimiento me alejaba de los demás. Al subir por mi diploma, cometí el error de mirar a mi padre a los ojos. Su enojo era evidente, y el director, al notarlo, me preguntó si estaba bien. Dije que sí para no causar problemas.

Al llegar a casa, mi padre comenzó a golpearme con tal fuerza que rompió mi nariz. Desesperada, rogué por ayuda y así surgió "Lobo". De repente, todo se volvió oscuro y desperté en mi habitación, sin haber sentido el dolor. "No te preocupes, estoy contigo", me dijo, y yo solo pude sonreír. Su voz varonil en mi cabeza me tranquilizaba, como si fuera mi verdadero padre.

Un día, al no conseguir trabajo, comenzó el mismo ciclo de gritos, sermones, heridas emocionales y golpes. "Lobo" se cansó tanto de mi sufrimiento que intentó protegerme de mi padre. Logramos escapar, pero un empujón nos hizo caer por las escaleras, rompiéndonos el cuello y la columna.

Al despertar en el infierno, me enfurecí. No habíamos hecho nada malo, solo nos defendimos. Nunca tuve relaciones sexuales ni siquiera un novio. Honré a mis padres siguiendo sus órdenes. Era injusto que solo por escapar para tener salud, los ángeles esperaran que me dejara matar o que me glorificaran por ser manipulable.

En el infierno, comencé a calmarme. Sabía lo que había hecho bien y mal. Nadie me quitaría mi inocencia. Agradezco que "Lobo" ahora tenga una forma física a mi lado, como humo que emerge de mi cuerpo. En vida, deseaba tener un protector físico contra aquellos que me hicieran daño. Yo desperté con la apariencia de una dulce oveja, como me decían en la escuela. Ahora, trabajo como mercenaria, a veces eliminando a otros o secuestrando. Prefiero llevar paquetes, es menos pesado emocionalmente. Con mi estatura de 1.40 metros, soy ágil y aprendí a usar armas, pero mi favorita es el arco y las flechas, una habilidad que desarrollé en la preparatoria gracias a las competencias de tiro con arco en las que mi padre me obligó a participar. "Lobo", por su parte, mide aproximadamente tres metros, ya que puede expandirse o reducirse, dado que su cuerpo es como humo.

En uno de mis trabajos, fuimos secuestrados en el anillo de la lujuria. Luché por mi vida contra una banda de criminales enfadados porque había matado a uno de sus miembros. Moribunda en un callejón, fui encontrada por el famoso Fizzaroli. Quería pedirle un autógrafo, pero estaba demasiado débil. Fizzaroli me llevó con su amor secreto, Asmodeus, el pecado de la lujuria, quien me curó. Al ver mi sangre roja con partículas doradas, se dieron cuenta de que era un Eilauren.

Esta raza está casi extinta en el infierno; durante la exterminación de ángeles, los Eilauren son los primeros en ser buscados. No había ninguno en siglos hasta que, hace dos años, llegó una chica como yo y se quedó con la princesa del infierno para protección.

Asmodeus y Fizzaroli decidieron adoptarnos por el peso de nuestro apellido. Al principio, era extraño ser la única pecadora allí y hablar con dos figuras conocidas que al mismo tiempo eran extrañas. Poco a poco, les tomé cariño y ellos a mí, así que decidieron tenernos a "Lobo" y a mí como hijos propios, evitando que hiciera algún trato. Cuando salgo, me ocultan con una máscara y ropa de IMP, aunque rara vez salgo de casa, ya que todo lo que necesito está allí. A veces voy a otros anillos por encargos, y adoro a mis nuevos padres.

Me enteré por ellos que, usando el dinero de mi familia, ocultaron el homicidio de mi padre. Nuestra madre habló con la prensa y sobornó a oficiales para que dijeran que nos habíamos suicidado por el acoso escolar debido a mi trastorno de doble personalidad.

Llevo tres años viviendo con ellos y estoy muy feliz. Ahora estoy en el anillo de Orgullo, donde hay una competencia que está muy enojada con nosotros. Tal vez sea el comienzo de algo interesante.

 Tal vez sea el comienzo de algo interesante

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⏰ Última actualización: May 20 ⏰

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Kindred Eilauren Fanfiction De Helluva bossDonde viven las historias. Descúbrelo ahora