Cap. 3 - Detrás del portal

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Miré el portal...

Empecé a caminar hacia él y al traspasarlo me sumí en una oscuridad total, combinada con la sensación de aceleración (como cuando un coche acelera muy rápido) mientras veía destellos de luz pasar fugazmente a mi lado. En ese momento empecé a sentir un pánico tremendo. Todo eso pasó en una décima de segundo, luego vi una luz que se dirigía directamente hacia mí mientras yo flotaba; ¿o era yo el que iba hacia ella?, en ese sitio tan extraño y oscuro era imposible saberlo.

La luz se acercó rápidamente hasta cubrir todo el espacio que me rodeaba y entonces sentí un tirón que me empujaba hacia atrás, como un coche al frenar, y noté el tacto fino, suave y mojado de la hierba por la mañana, combinado con una brisa suave. Abrí los ojos e intenté levantarme, pero al incorporarme me daban nauseas. Me quedé cinco minutos tumbado mirando hacia el cielo, el cuál no tenía ni una nube, estaba completamente despejado. Aunque no sabía porque, tenía la extraña sensación de que había algo diferente en  ese cielo.

Cuando me recuperé, me incorporé y paseé la vista por el paisaje en busca de algo conocido, y entonces me fijé en que no estaba sobre un campo de hierba y me di cuenta de porque no había nubes. ¡El campo era una isla, y las nubes estaban debajo¡ !La isla estaba suspendida en el aire!

Me acerqué a uno de los bordes de esa misteriosa isla y me incliné para ver que había debajo. No vi ni rastro de terreno sólido, todo eran nubes hasta el fondo, ¿o había un océano? No podía saberlo porque estaba tan abajo que casi no se veía. Al comprender que no había manera coherente de bajar me dispuse a explorar la isla para encontrar una manera de volver a casa y entonces me pregunté:

―¿Si Aeryn también ha cruzado el portal, donde habrá ido a parar?― Solo había tres posibilidades: que estuviese en OTRA isla, que estuviese en ESTA isla o ―Y en esa no quería ni pensar― que hubiera aparecido entre las nubes y hubiese caído al VACÍO.

Estaba tan concentrado pensando que no reparé, hasta un rato después, en la Mansión que se alzaba a unos quinientos metros. Era toda blanca y estaba muy bien decorada con detalles, dando la sensación de ser del siglo pasado y a la vez una casa futurista, con grandes ventanales y una puerta doble. Tomé la decisión de ir a explorarla y ver si había algún humano aunque a mí no me cabía en la cabeza la idea de que alguien hubiese tenido la magnífica idea de construir una mansión en una isla flotante, alejada de toda clase de civilización y en un lugar tan extraño.

Me acerqué y vi que la puerta estaba entornada, y no cerrada, como había supuesto en un principio. La abrí con cuidado y miedo, sin hacer mucho ruido por si ALGO andaba husmeando por ahí y me encontré en un espacioso y bien iluminado recibidor, y entonces la vi. Aeryn acababa de salir por una de las puertas de las habitaciones laterales, y al verme se había quedado petrificada, con la galleta que se estaba comiendo todavía en la boca. Me puse muy contento, ¡por fin la había encontrado!

―¡Aeryn, por fi...!― en ese momento, con un agilidad felina y sobrehumana, se situó detrás de mí, me cogió y me colocó una especie de daga en el cuello. Todo esto antes de que yo pudiera ni siquiera mover un solo músculo.

―¡Quieto, no te muevas!― me dijo ― ¿Qué haces husmeando por la casa? ¿Y cómo sabes mi nombre? ¡¿Espera un momento, no serás...?! ― Todo seguido gritó― ¡Atención!, un espía de Sharüm.―

Como respuesta al grito, en menos de dos segundos, tres personas más estaban en la sala apuntándome con sus armas y yo no entendía nada.

La persona que tenía delante era un señor mayor que aparentaba setenta años con una barba blanca y lisa muy larga, ojos marrones, y en la mano tenía un palo largo (más adelante aprendí que se llamaba Rokushaku Bô, también llamado Bô).

El de mi derecha era un joven de unos veinte años, alto, rubio, musculoso y de ojos azules; de esos que enamorarían a todas las chicas de mi instituto, que sujetaba unos nunchakus (esos palos cortos unidos por una cadena) con la mano derecha, y una pequeña daga con la izquierda.

Por último, la persona a mi izquierda era otro joven que tenía pinta de ser mayor que el otro. Tenía el pelo negro y los ojos marrones, llevaba gafas y en la mano tenía una honda, aunque del cinturón le colgaban unos Sais (una arma ninja, como un tridente pero sin mango) y en la espalda tenía sujeta una especie de espada futurista.

Unos segundos después de que llegaran los otros, Aeryn dijo: ―¿Espía, como has llegado hasta aquí? ¡Contesta!―

―¡No soy espía de nadie!― dije asustado ― ¡Ni siquiera sé que hago aquí!―

―¡Mentira!― gritó el rubio ― ¡Dinos porque te ha enviado Sharüm o te mataré!―

―Tranquilízate Bryan― añadió el de las gafas ― No tiene pinta de ser un espía, y menos de Sharüm. ¿Usted qué opina, Eddy?

El señor, al que se dirigía el de las gafas como Eddy, concluyó ― Dejemos que hable el chico, Aeryn, suéltalo―

Aeryn me dejó ir y los cuatro me escoltaron hacia una de las habitaciones. Aeryn y Eddy iban delante de mí, mientras que los dos chicos cubrían la retaguardia para impedirme una posible huida.

Llegamos a una sala amplía, el olor de la cual me recordaba a la vieja biblioteca de mí instituto, con una gran mesa de lectura en el centro y estanterías de cinco metros de altura repletas de libros pegadas a las paredes; un gran ventanal que se abría en una de las paredes dejaba ver el gran patio y el cielo, y le daba amplitud a la sala que en general era bastante acogedora. Me sentaron en una silla delante de la mesa y Eddy se sentó en otra delante de mí. Los otros se situaron detrás de mí.

― Hijo, cuéntame porque estás aquí― dijo con voz suave Eddy, y entonces vi que esa era mi única posibilidad de salir de allí, así que me dispuse a contarlo.

― Primero de todo, me llamo Owen y tengo dieciséis años ― empecé ― Resulta que voy al instituto al que se acaba de incorporar Aeryn y tenía curiosidad por saber dónde vivía así que la he seguido hasta un callejón, donde he visto como se ha metido en una especie de portal y he ido trás ella. ― dije, omitiendo la persecución del día de mi cumpleaños después de ir a la discoteca. ¡¿A ver, que queríais que dijese en ese momento?! ― ¿La seguí porque me pareció la persona más bella e irresistible del mundo?― No estaba dispuesto a revelar mis sentimientos más íntimos, aunque en ese momento eran muy confusos, ya que no había estado enamorado antes y no sabía describir mis emociones.

―¡ Aahh, es verdad!― dijo Aeryn sonrojándose― Ayer lo vi en clase, no paraba de mirarme.

Me ruboricé y noté que Bryan me clavaba una mirada asesina mientras que Eddy y el chico que no sabía cómo se llamaba se reían.

―¡Ya basta, Felix! ― dijo Bryan. Entonces el chico de las gafas paró de reír.

Se hizo un silencio muy tenso y después Eddy habló. Lo que diría a continuación me cambiaría la vida para siempre...

¡Hey! ¿Qué tal? ¿Qué os ha parecido? ¿Queréis saber lo que le dice Eddy a Owen? Comentad si os ha gustado(eso espero) y si queréis continuación de esta historia.

¡Se me olvidaba! Si os gusta, compartidla para que otros lectores puedan disfrutar de la historia, y me haríais un favor.

Pd: decid un nombre de chico y de chica que os guste en los comentarios... a lo mejor salen en alguno de los siguientes capítulos...

PD2: En el Media os dejo una imagen de un posible concepto artístico de la casa(aunque sea demasiado futurista y no tenga jardín) espero que os guste!

Saludos :3

Ënenor: La profecía [EN PAUSA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora