El amor, la cosa por la que han existido guerras, mitos, leyendas... por lo que la gente sufre y anhela, pero cuando chocas miradas con esa persona sientes esa profunda conexión que revoluciona todo lo que conocías incluso si al final todo es un de...
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Sabía que teníamos un exceso de confianza pues eran dos contra ocho, apostaba por nosotros.
Cazamos una vez y nos adentramos a la última semana de clases pues había vacaciones dos semanas antes de volver otra vez. Justo para la fiesta de Abril, que organizaban los Cullen como fin de curso.
Esa semana fue tranquila, todos estábamos en alerta intentando anticipar el siguiente movimiento de James para emboscarlo. Edward era el más intranquilo entre todos nosotros. Alice se estaba encargando de ver las posibilidades de cerca, pero nada.
Eso me asustaba un poco, pero confiaba en mi familia.
Algunas veces mientras andaba cerca de la casa me sentía observada a cada rato y era una sensación que no me gustaba para nada.
Jackson estaba bien y se veía más sano que nunca, eso me aliviaba. Hablábamos a ratos
Justo estaba con el mientras esperaba que Edward saliera de su última clase.
-Y eso fue lo que pasó- me estaba contando como Sophia se le había declarado
-¿Qué le contestaste?- no me sorprendía que estuviera enamorada él
-No
-¡Le contestaste eso!- grité llamando la atención de varios estudiantes
Estos se nos quedaron viendo y empezaron a cuchillear entre ellos.
-No te pongas así- me señalo con un dedo
-¿Por qué no?- le reclame
-Porque me gusta otra persona- respondió simple
Edward llego en ese momento con una leve tos falsa hizo darse a notar.
Jackson volteo y sonrió
-Es mi campana- me dijo sonriente- Nos vemos después de las vacaciones- se alejó moviendo su mano en forma de despedida
Sonreí y lo imité.
-Nos vemos- le dije- ¡Espero tus anécdotas!- le grite pues ya se encontraba más lejos
Me volví hacia Edward que tenía una expresión seria
-¿Qué pasa?- pregunte
-Se te iba a declarar
-Lo sé- me encogí de hombros
-¿Y?- continúo
-Y le iba a decir que estoy contigo, señor celoso- le dije abrazándolo- Te amo celostin- me puse de puntitas para darle un beso en su nariz
Ese ceño fruncido se le borro por una sonrisa diminuta.
Al llegar a casa hicimos lo mismo de siempre, estar alertas.
El único lugar en el que me sentía "libre" era en la escuela, James no atacaría en un lugar público.
