Capitulo 1

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¿Qué es el miedo? Probablemente una persona te podría decir una definición exacta sacada de un libro, pero no es hasta que lo vives en carne propia que es absolutamente complicado poder transmitir lo que en verdad puede llegar a significar

Ese día Mikasa no supo definir lo que era el miedo, el sentimiento que su cuerpo albergaba le generaba un malestar tan grande que poder expresar con palabras como se sentía era genuinamente imposible.

Estaba acostada en el suelo, tenía las manos atadas por detrás, solo veía el vacío de la habitación en donde se encontraba ella con otros dos sujetos, horas antes habia presenciado como asesinaban brutal y humillantemente a sus padres, era un shock enorme para una pequeña niña de nueve años.

Al momento de llevársela, su cuerpo solo cedió, no habia nada que hacer, no tenía cabeza para protestar, para llorar o para gritar, el momento era traumático de donde quiera que se le viera, era frustrante.

Ese día su madre le enseñaba la vieja tradición familiar del bordado, algo que la entusiasmo, su madre era su ejemplo para seguir, y aprender de ella era una motivación, pero ahora ya no habia nada, no tenía nada, ni de quien aprender y probablemente su vida podía terminar en ese instante, por lo que no tenía a nadie a quien enseñarle.

Ella solo se resignó a esa triste realidad, a ese cruel destino que la vida le daba.

Un día antes de la tragedia habia ido el Señor Jaeger a hacerle una revisión a su madre y le habían dado la maravillosa noticia a la pequeña Mikasa de que tendría un hermanito, ella fue feliz, se imaginó mil escenarios, donde tenía a alguien a quien cuidar, amar y proteger.

Pero la vida es cruel, ¿Ya lo habia dicho no?

- ¿Por qué mataste a la madre pedazo de mierda? - dijo uno de los hombres que se encontraba en la habitación.

-Puso resistencia la perra-dijo el otro hombre- pero tenemos un buen producto aquí.

El otro hombre se reprimió golpearlo por su estupidez.

-Mañana mismo la venderemos en el subterráneo, seguro nos dan algo bueno, tiene buena cara- dijo el primer hombre.

Mikasa solo los veía con una cara inexpresiva que les causaba inquietud a los hombres, dado que antes habia perpetrado crímenes de la misma índole, y por su experiencia habían visto niñas llorar, suplicar y poner resistencia, les inquietaba que ella pareciera una muñeca sin sentimientos.

La noche lluviosa y fría paso rápido, y al amanecer un carruaje habia llegado a la vieja cabaña, y subieron a Mikasa sin cuidado alguno en él, y emprendieron su viaje de las afueras de Shingashina a la ciudad subterránea.

Pasaron horas en el transporte, Mikasa solo veía a la nada, evitaba cerrar los ojos lo más que pudiera, porque al cerrarlos solo podía ver la escena de su familia siendo asesinada.

Llegaron a la parte superior de un túnel que conectaba con la ciudad subterránea, antes de bajar del carruaje le desataron las manos a Mikasa para que no pareciera sospechoso y le limpiaron la sangre de la cara, bajaron de este y caminaron por el túnel hasta llegar a las largas escaleras de la ciudad, una vez abajo continuaron caminando hasta llegar a una pequeña casa donde metieron a Mikasa y la sentaron en el sillón de la sala principal, a simple vista era una casa llena de polvo con poca iluminación.

Mikasa solo se quedó ahí callada sin decir nada y solo esperaba en tranquilidad y lo que le esperaba, ella solo no tenía necesidad de pelear, se sentía mal, tenía un vacío enorme y albergaba una tristeza profunda.

- ¿Crees que le guste la niña? - pregunto el hombre dudoso viendo a Mikasa.

-No sé, ese hombre es impredecible cuando se lo propone, pero si no la desvirga el, lo hare yo- dijo el repulsivo segundo hombre.

Same DestinyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora