"Una serendipia es un descubrimiento o un hallazgo afortunado, valioso e inesperado que se produce de manera accidental, casual, o cuando se está buscando una cosa distinta. "
Kim Taehyung tenía 27 años cuando experimentó por primera vez una serendi...
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Quitó con frustración sus cascos por decimosexta vez en el día. Frustrado. Kim Taehyung, en efecto estaba frustrado. Su hyung dijo "No tienes frustración, eres la frustración misma." ¿Qué significaba aquello? A Kim Taehyung no le importó, él solo quería una cosa y claramente entender las frases a medias de su hyung no lo era.
"Deberías alejarte de ese teclado un rato" murmuró su hyung por, también, decimosexta vez.
"Aún no lo logro, hyung" susurró Taehyung revolviendo sus rizos morados.
"No lo lograrás estando así, además quiero un americano. Levantate y ve a conseguirle a tu hyung uno" Taehyung solo recostó su cabeza en la mesa que tenía frente a él en un intento para nada disimulado de ignorar al mayor.
"¡Mocoso! No hagas como que no me escuchaste. Ya, ve por mi americano y no es una petición." Habló de nuevo dándole un golpe en la nuca al menor que solo murmuró algo imperceptible.
¿Por qué es tan molesto? Pensó el peli morado mientras tomaba sus cosas para salir. La cafetería quedaba a solo unas cuadras así que no necesitaría mas que su billetera, celular y su abrigo, pues en febrero el clima era bastante frío. Si era honesto de igual manera pensaba salir, para que así el mayor de ambos dejara de repetirle en bucle que debía salir a despejar su mente. Era tan molesto y eso solo lograba estresar aún Taehyung más.
"Hoy te vas temprano, Tae" Jung Hoseok el recepcionista del edificio-que era casi una casa para Kim Taehyung- le dijo sonriendo -como siempre- al verlo encaminarse a la salida más temprano de lo que haría usualmente.
El menor le hizo una reverencia mientras soltaba una risa divertida. "Yoongi hyung quiere un americano y es lo suficientemente flojo como para mandarme a mi por el" Eso le sacó otra sonrisa a Hoseok.
Taehyung sabía-desde hace bastante- que Hoseok tenía una sonrisa que solo mostraba al mundo en ocasiones específicas.
La primera vez que la vio fue hace unos cuatro años, él tenía 24 años y Yoongi había ganado su primer premio como productor musical. Bueno, no exactamente. Yoongi participó-junto con otros productores- en una canción que recibió un premio en una de las premiaciones mas prestigiosas del país. Ah, los tres recuerdan ese día perfectamente. Todo comenzó con un Yoongi de 27 años bastante ansioso porque por primera vez luego de años de esfuerzos, que parecían en vano, una de las canciones en las que trabajó había sido nominada en una de esas prestigiosas premiaciones a las que él -como otros muchos artistas- solo podían acceder viendo la televisación.
Se la pasó todo el día en su estudio ocultando la creciente ansiedad y aquel nerviosismo que solo iba en aumento conforme las manecillas del reloj avanzaban. No quería dejarse llevar por toda la emoción como su mejor amigo, pues sí, Kim Taehyung había muerto y resucitado en el mismo instante en que la lista de nominaciones fue mostrada. No, Yoongi debía estar en calma pues tampoco quería hacer como su otro amigo, Jung Hoseok, que ya le había creado una carrera como productor en donde los artistas se pelearían a muerte por sus composiciones. Él de verdad intentaba mantenerse a sí mismo a raya, no iba a morir de emoción ni ha construir sueños con bloques casi invisibles, no, él solo sería neutral. Pero ¿a quién engañaba? Él también se sintió morir al ver la lista, él también llevaba semanas soñando con la llegada de un correo de aquellos famosos que a diario miraba en artículos pidiéndole una composición, su participación en sus canciones. Había dado todo de sí en cada canción, aún cuando no todas lograban llegar a la etapa final, él realmente estaba feliz pero también muriendo de miedo. Si su canción no ganaba se sentiría desfallecer pero por suerte tenía a sus dos amigos. Ambos luego de su estado de emoción extrema le recordaron que todo estaría bien y que los tendría a ellos sin importar qué.
Min Yoongi sería un mentiroso si dijera que no se mantenía cuerdo gracias a sus dos menores. El día fue normal pero jodidamente lento, solo quería que fuera de noche para ver los premios y que pasara lo que tenía que pasar. Pero ninguno supo en que momento pasó cuando de repente ya estaban los tres con cervezas en mano sentados frente a la televisión de la casa de Hoseok. "¿En que momento dan el premio de hyung?" había repetido la primera hora Taehyung mientras estaba con la cabeza en el regazo de Yoongi, quién se resistió solo al principio y después se dejo hacer; porque Kim Taehyung de por si era bastante caprichoso, pero Kim Taehyung impaciente era aún peor. Se fueron distrayendo de a poco por ello sus corazones se detuvieron al escuchar aquello. Fuerte y claro. Era el nombre de la canción de Min Yoongi. Vieron absortos la pantalla en donde se leía claramente la lista de personas que habían participado en la canción ganadora pero los tres pares de ojos solo estaban en uno: Min Yoongi. El resto es historia pero algo que Taehyung tampoco puede olvidar es la sonrisa de aquel Jung Hoseok solo un año mayor que él. Taehyung quien llevaba viendo a su hyung sonreír durante varios años casi a diario, juró que jamás había visto esa sonrisa pero oh, la siguió viendo.
Cuando Yoongi fue contactado por un artista bastante famoso, cuando Yoongi les compró un regalo a ambos bastante caro luego de que otra de sus canciones ganara otro premio. La siguió viendo siempre que se trataba de Yoongi. Sí, Jung Hoseok estaba babeando por su hyung pelinegro, con sonrisa de felino y rostro de dumpling.
"No me sorprende viniendo de Yoongi hyung pero sabes que pudiste negarte y pedirlo a domicilio. Solo debían avisarme y yo lo recibiría encantado" le recordó con calma viéndolo con cariño. Otro dato importante es que Kim Taehyung tiene a los dos mejores hyungs que jamás pudo haber deseado.
"Lo sé pero también lleva todo el día como disco rayado pidiendo que salga y eso, lo mejor era salir ahora. Dos pájaros de un tiro. " Hoseok nunca lo regañaba ni nada por estilo, esa era mas la tarea de Yoongi. Yoongi no perdía oportunidad para regañarlo; en especial por trabajar en exceso y olvidar sus comidas. Pero aunque el menor se quejara y se molestara, en realidad él amaba en demasía toda esa sobreprotección que tenía Yoongi con él, pues, aún en medio de sus regaños y golpes siempre le susurraba tímidamente un Te amo que para ambos significaba el mundo entero encerrado en cinco letras. Hoseok por su parte prefería solo ser quien escuchaba y observaba en silencio, si Taehyung necesitara escuchar algo pero tuviera miedo a pedirlo sería Hoseok quien se daría cuenta de inmediato. Sí, Kim Taehyung era un desgraciado con demasiada suerte al tenerlos a ellos y al ser parte de la vida de ambos.
"Vete ya o cerrarán la cafetería pero recuerda que debes obedecer a hyung a veces, ¿bien?" le dijo mientras salía de detrás del mostrador para acariciarle levemente la mejilla, ah, Kim Taehyung era tan suertudo. Solo asintió cerrando los ojos un segundo para disfrutar de la leve caricia. "Solo nos preocupamos por ti porque nos importas demasiado, no lo olvides"
Taehyung reverenció de nuevo antes de salir camino a aquella cafetería que conocía de memoria.
