"Una noche"

En aquella gran habitación, fuera de cumplir con su propósito inicial era el nuevo lugar de reuniones donde aquel trio de amigos, el americano, el canadiense y el ruso se albergaban para ahogar sus penas en alcohol, ¿Quién no?, luego de ser abandonados y desechados cruelmente por sus respectivas novias, hermosas countrys con cuerpos voluptuosos e increíble poder pero poseedoras de una  terrible personalidad...

La ucraniana, hermana menor del soviético caracterizada por su hermosa voz capaz de hacer a cualquier hombre caer a sus pies, este fue el caso del canadiense quien dio todo de si mismo para lograr enamorarla, siendo cruelmente rechazado infinidad de veces a menos que este le obedeciera en todo lo que ella quisiera, llenándola con regalos, joyas y muchos tesoros más, solo para ganar algo de su atención y afecto, fue una lastima que termino sin poder seguir recibiendo ayuda de su gobierno para costear los gustos de su amada quien a fin de cuentas lo dejo por alguien con mucho más dinero.

En el caso de aquella gran potencia americana la suerte le sonreía, pues contaba con una gran estabilidad económica, su fama lo había convertido en uno de los countrys mas deseados, su amada Filipinas, una hermosa country de belleza incomparable a los ojos del mayor, siempre trataba de complacerla en lo que ella quería, pues era cierto que dinero no le faltaba, ¿A quién le habría de importar gastar dinero en el amor su vida?. Era claro para los demás menos para el estadounidense que esta siempre le usaba en gran manera pues no importaba cuan grande fuera el regalo que le diera, esta se negaba a demostrar afecto al americano en público, detestaba al estadounidense pues codiciaba obtener más poder por si sola. Con ayuda de la estabilidad dada por el mayor, hizo innumerables conexiones, logrando así un alto grado de fama y poder dejando aun lado al americano y botándolo por un hombre mucho más obediente y sumiso.

Aunque ambos sufrieron por sus perdidas, ninguno sufrió más que su querido amigo ruso, quien al ser un gran hombre con fuertes ideales y planes, deseaba la paz y prosperidad de su pueblo, esto hasta que conoció al "amor de su vida", una linda japonesa, con una increíble habilidad en el baile, ganándose así el corazón del ruso, aunque esta mostraba su amor en público, no dudo en engañar sin fin de veces al ruso quien cegado por esta no creía ninguna sola palabra de sus hombres, cuando por fin pudo el mismo presenciar la traición de su amada, la echo, no sin antes que la japonesa quien ya había ganado gran prestigio al estar con el soviético, mencionara a todas las televisoras que ella le había abandonado a el y que este tenia graves problemas de agresividad, siendo así "protegida" por las autoridades y ganando una gran compensación por parte del gobierno ruso.

------------------------------------

Tres dolorosas historias que todos ellos compartían en esa pequeña habitación, después de todo solo podían confiar entre ellos, pues su amistad era realmente unida y ningún otro country podría creerles, quien confiaría en un Canadá ahora un país endeudado, en USA una potencia hecha un hazmerreir ó en Rusia un alcohólico agresivo...

-Ya no se que hacer-comentó el estadounidense mientras se dedicaba a mirar su botella de vino, estaba casi por acabarse.

-Estoy igual...estoy harto...-habló el canadiense con pesar mientras se recostaba de golpe en aquella gran cama dando un suspiro de dolor, no importaba que tanto lo niegue aún seguía amando a la ucraniana.

-Cállense no quiero escuchar esa mierda..-mencionó sin ánimos el ruso, observando aquella oscura habitación en la que se encontraban, realmente apestaba...estar hundidos en la miseria por culpa de aquellas que consideraron lo más importante para ellos.

-Rusia...¿Realmente fui un idiota por darle todos esos regalos..?-preguntó el canadiense dejando caer algunas lagrimas ¿Cómo habían terminado tan mal?, escondidos en la habitación de su hermano, sucios y con un horrible olor a alcohol.