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Sentia los hombros pesados, su mirada se poso en el reloj, marcaba apenas la 1:17 de la madrugada, suspiro estirando su espalda contra el respaldo de la silla sintiendo como sus musculos se tensaban un poco
— ¿Cariño? Creí que estabas durmiendo.— La castaña giro observando a su pareja, estaba un poco adormilado aunque preocupado, sabía que su trabajo le consumía un poco más de tiempo y por lo general se quedaba en la cocina para terminar incluso si le tomaba toda la noche, sabía que al día siguiente debía levantarse temprano para terminar el trabajo.
— Lo siento Ko... aun no termino.— Escuchó un suspiro por parte del mayor quien se sentó junto a ella, sabía que a pesar de seguir estudiando debía trabajar, no le negaría que ella sea independiente y gane el dinero de alguna forma pero si él podía ayudarla claro que lo haria
— Te ayudo, así iremos mas rapido a la cama.— La chica sonrio un poco, era conciente que Suga no le aceptaría un "no" por respuesta
Ambos comenzaron a recortar los pequeños stickers que estaban por todos lados en la mesa de madera mientras en la parte de enfrente tenían la computadora reproduciendo una playlist, Suga sabía que a su amada le encantaba escuchar canciones tristes y aunque el la mayoría del tiempo escuchaba canciones parecidas le causaba un poco de ternura cuando ella cantaba en la noche pensando que estaba sola
Su voz era simplemente hermosa y no solo Sugawara podía aceptarlo, incluso sus amigos cercanos lo hacían por lo mismo la apoyaba en su carrera de música y ella hacia lo mismo con el trabajo del mayor.
— Cuidado con esto.— Escucho la pequeña risa de su chica quien tomaba con cuidado la regla con guillotina que tenían para poder recortar mejor los stickers
Estaba seguro que pasarían así un rato pero no estaba molesto, al contrario le gustaba pasar tiempo con su amada de cabello rizado, no se dieron cuenta cuando el reloj de la cocina marco las 2:45 de la madrugada, sentían sus espaldas cansadas por la posición pero no se detuvieron hasta que ambos terminaron de empaquetar los pedidos del pequeño negocio de la chica
— Al fin... vamos a la cama, estoy casi muerta.— La menor sonrió mirando al de cabellos grisáceos quien solamente asintió y se acercó a ella abrazándola por la cintura antes de dejar un pequeño beso en su nariz haciéndola sentir el calor subir por sus mejillas aunque estas no se vieron afectadas por aquel color carmín particular, tal vez era el sueño
Tenían un poco más de un año de relación, ambos decidieron vivir juntos a petición del hombre quien al ver la situación de la chica decidió tenerla siempre con él, aunque claro a excepción de cuando sus amigas iban a visitarla, él era feliz si ella lo era
— Ko...— Una vez en la cama el silencio reinaba pero esas pequeñas palabras lo hicieron salir de sus pensamientos para levantar la mirada hacía ella quien estaba acariciando su cabello sin apartar la mirada de sus ojos.— Te amo
Koushi sintió su estómago contraerse, era realmente impresionante como ella lograba sacar el mejor lado de él, incluso cuando sintió que perdió algunas cosas cuando dejo el voley al encontrarla se sintió completo por segunda vez en su vida
— Tambien te amo.— Susurro antes de besar castamente la comisura de sus labios haciendo que ambos tengan esa sensación de cosquilleo en su piel, no tardaron en abrazarse y quedarse dormidos, a fin de cuentas estaban bastante cansados
Aun así, ella sabía más que nadie que él no la dejaría, sabía que podía confiar en aquel chico, él la apoyaría en lo que decidiese y estaría a su lado por cualquier problema que pueda presentarse, por qué vamos eso hacen las parejas ¿no?
Sin duda, Sugawara Koushi era lo mejor que le pudo pasar.
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