Capítulo 2

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—¿Eres beta?

—S-si —asintió Fluke— Soy Beta —aseguró sonriendo nerviosamente.

—Bien —Ohm miró brevemente al Omega de arriba a abajo— Sígueme —dijo para después caminar hacia el mostrador.

Fluke fue rápidamente detrás del Alfa.

—¿Alguna vez trabajaste en una cafetería? —preguntó Ohm en cuanto llegaron al mostrador.

—No, pero siempre quise trabajar en una —respondió Fluke con una sonrisa— Además es como un sueño trabajar en mí cafetería favorita.

—¿Has venido antes? —preguntó el Alfa levantando una ceja.

—Nop, ésta es la primera vez que vengo pero ya es mí favorita —explicó el Omega— Entonces...

—¿Desde cuándo puedes empezar a trabajar?

—Cuando tú digas. Pero... —apretando los labios— Ésta semana solo puedo trabajar por las tardes porque tengo clases en la mañana, pero solo ésta semana ya que después comienzan mis vacaciones —añadió hablando con rapidez.

—Bueno... —pensandolo por unos segundos— Está bien —aceptó Ohm— ¿Puedes en éste momento?

—Si —asintió el castaño— Por supuesto.

(...)

Ohm veía con curiosidad cómo Fluke sonreía a todas las personas que entraban a la cafetería.

No podía negar que, a pesar de que Fluke solo trabajó unas horas, había hecho bien en contratar al castaño.

Había dudado al principio, pero ahora estaba satisfecho.

—Ya casi es hora de cerrar ¿Por qué no te vas a casa? —habló Ohm.

—Claro —sonrió Fluke— Uh... Entonces ¿Mañana a la misma hora?

—Si —afirmó— Por cierto —poniendo una caja mediana sobre el mostrador—... Toma.

—¿Que es? —preguntó el castaño con curiosidad.

—Sobraron algunas galletas así que puedes-

—¿Para mí? —cuestionó, a lo que el azabache asintió— ¡Gracias! —chilló Fluke con emoción mientras levantaba la caja y la sostenía con sus manos— Ahora que lo recuerdo no me has dicho tu nombre.

—Ohm —dijo con un ligera sonrisa.

—Ohm —repitió Fluke— Me gusta... Quiero decir... Es un nombre bonito —habló con rapidez mientras se sonrojaba— Uh... Creo que mejor me voy. Hasta mañana.

(...)

Al llegar a su pequeño departamento y después de dejar la caja sobre la encimera de su cocina, Fluke se recostó sobre su cama.

Extrañamente se sentía más feliz que de costumbre.

Por fin tenía un trabajo que, además de todo, le encantaba porque tenía sus ventajas, como la caja de galletas en su cocina. Y todo era para él.

Lo único malo era que le estaba mintiendo a Ohm. Quizá debió decirle que era un Omega, pero que no había problema porque podía trabajar igual o más que un Beta. Aunque, a decir verdad, casi era como un Beta, así que no había mentido del todo.

Pero qué pasaría si Ohm descubre que es un Omega. En el mejor de los casos tal vez solo le despida.

Y ¿Que sería lo peor?

Ni siquiera quería pensar en eso.

Saliendo de sus pensamientos, Fluke sacó su celular de su bolsillo y llamó a su amigo.

SWEET ||OhmFluke|| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora