Neblina Rosa

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Se despertó poco después...
Estaba todo oscuro, sentía sus manos atadas y sus piernas también
Espero a que sus ojos se acostumbren a la poca luz y entonces lo vio... Recostado en la pared mirándola con una sonrisa socarrona

¡Sólo tienes que gritar!  ¡Sólo tienes que llorar!

Isadora no dijo nada, tenía que mantener la calma, bien podría haber abusado de ella mientras estaba inconsciente... así que, él, algo estaba esperando

¡Quizás que era eso! ¡Quizás quiere que grite!

Al ver que no respondía, la sonrisa de Terius cambió a una mueca de frustración, necesitaba que grite, así que le haría gritar...

¡Es agradable ver a una chica acostada!

Sacó una navaja y le cortó lentamente su escote con una parte de su piel
Isadora contuvo un grito apretando fuertemente sus dientes

¡Que tienes!
¡Sólo tienes que gritar! ¡Sólo tienes que llorar!

Isadora respiraba profundamente...
¡No, no no lo haría! Si por eso ella había continuado con vida hasta ahora, no lo haría, lo más que pueda

Terius la miraba... sabía que podía hacerla gritar, pero no quería dañar su cuerpo antes hacerla suya
Soltó la navaja, dejándola a un lado de la mesa,  se subió sobre Isadora y agarrándola de los cabellos, empiezo a tirar salvajemente de ellos

¡Que dolor! ¡Quiere sacarme todo el cuero cabelludo de un solo golpe!

Isadora empezó a llorar, emitiendo unos breves quejidos
¿Que sucede? ¡No pedirás ayuda!
Mientras seguía halando del cabello,
Terius empezó a lamerle las lágrimas en el rostro, rompió su escote y empezó a morder su pecho
Isadora lloraba ya incontrolablemente, pero no gritaba
Terius no se había dado cuenta, de que al subirse a la mesa, había sin querer empujado con la rodilla la navaja cerca de la mano de Isadora, quien al sentirla, la agarró y empezó a cortar la soga con la que estaba atada

En su frustración de no hacerla gritar y por lo mismo no poder hacerle nada más
Terius se levantó presuroso, buscando la navaja, se la enterraría por donde no podía introducirse...
Vio la navaja en mano de Isadora y jaló su brazo para que la afloje, lo que hizo que se afloje la soga

¡Lo corto en el rostro!

Terius le quito la navaja
¡Estupida, aquí te quedarás hasta que yo llegue!

Salió por el lado contrario del que siempre entraba, para poder llegar más rápido a la carretera
Pero de ese lado vio un letrero que decía

¡Peligro, No ingresar!
Fuerzas Armadas Británicas

¡No le importó!

Ingresó y avanzó varios metros, de seguro encontraría un médico con los militares

¡CLIC!
"Neblina Rosa"

Cuándo un hombre explota por una bomba,  lo único que se puede llegar a ver de él, es una neblina Rosa y eso es precisamente lo que quedó de Terius Graham... solamente una neblina Rosa
¡No quedó ni el polvo!

...

Por el estruendo, varios militares salieron a ver qué sucedía y empezaron a buscar en los alrededores alguna seña, que les indique quién fue el desafortunado idiota, que hizo caso omiso a la advertencia, llegaron a un chalet bastante abandonado y hallaron a Isadora, amarrada en una mesa de carpintero, que tenía huellas de sangre, no sólo en ella, en las paredes, piso y una silla que se encontraba cerca, afuera un carro negro, sin placas, de dueño desconocido, que estaba estacionado fuera de la choza

...

Cuando Isadora estuvo a buen resguardo en un hospital militar, un teniente Británico, junto a Maitte Clark como representante de la policía de los Estados Unidos, fueron a interrogarla

Señorita Isadora
¿Puede decirnos quién la llevó ahí?

¡No, no se, no lo conozco!
¡Era un hombre con gabardina, máscara y sombrero de copa!

Pero se las quitó las encontramos en la silla...

¡No, no alcancé a ver su rostro!
¡¡¡Estaba amarrada!!!
Mientras intentaba violarme... No, no se, parece que olvidó algo
¡Y me dijo que volvería por mí!
De ahí no sé, no sé nada más...

Entendido

...

Isadora era escritora, tenía experiencia
¡Jamás le daría al mundo la noticia para que lo lloren!
Terius Graham había desaparecido y con él se llevó toda su historia y su nombre...
Ahora el era nadie...
Después de un tiempo, nadie lo recordaría, nunca existió y ella no lo haría recordar al decir su nombre

¡Sólo fue el fantasma de la ópera!
La historia de un asesino en serie, que pocas personas querrán saber, solo por aburrimiento

...

Maitte Clark revisó el automóvil y la choza, encontró unas llaves en la choza, eran dos juegos Maitte Clark probó en el automóvil y funcionó, las otras llaves se las guardo, ya alguien preguntaría por su dueño

A los pocos días Karen Kleiss, se acercaba a la estación de policía, a poner la denuncia de la desaparición de su amigo Terius Graham
Maitte Clark escuchó, él tenía exactamente el mismo tiempo desaparecido que el fantasma
Karen Kleiss declaró que al ver que, varios días no llegó a los ensayos, fue a buscarlo y vio que el carro de Terius Graham estaba en casa, toda su ropa, mucho dinero, parecía un secuestro pero nadie pedía nada por el

Maitte Clark fue una noche, cuando la casa ya estaba en poder de la policía, sacó las llaves y abrió
Todas las llaves valían, el baño, los dormitorios, la caja de seguridad, sólo faltaba el automóvil
¡Bingo! ¡También abrió!

Ya sabía el nombre del fantasma,  pero ya para que...
¡No dejó ni el polvo!
Para que provocar un dolor tan grande a una chica...

¡Mejor que lo crea desaparecido, a saber que su amigo era un monstruo psicopata, violador y asesino serial!

Igual de todas formas, también desapareció ¡Literal!

Adoptada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora