Era una tarde lluviosa para un joven de cabellos plateados que estaba en su escritorio en frente a su alapto escribiendo sin parar, a lado de él estaba unas hojas por revisar, hasta que se escucho el teléfono de la oficina.
- diga - contestó pulsando el botón para contestar.
- señor su madre vino
- hazla pasar - soltó el botón y siguió escribiendo.
- hola hijo puedo pasar? - asomándose por la puerta.
- adelante madre - dijo sin alzar la vista mientras su madre tomaba asiento.
- cómo has estado hijo mío - le pregunta mientras le ve a sus ojos pero él no la ve ya que está viendo en su al apto.
- a qué viene tu visita mi madre? - pregunto sin desviar su vista del al lapto y yendo al grano.
- tú no cambias nada, ni estando tan lejos de tu madre, sigue siendo frío, sólo vine para recordarte que ya contraté un doctor que pueda ayudarte con tu estado de salud.
- madre creo que hablamos de eso, yo no necesito ni un médico ni nada por el estilo para saber cómo está mi estado de salud, ahora sí me haces el favor puedes salir de mi oficina estoy ocupado - dijo.
- digas lo que digas ya contraté un médico para que revisa tu estado de salud así que no quiero un niño caprichoso qué que vive solo le lo mismo, que le da qué le ofrece la vida no todo el dinero es poder y tú más que nadie sabes por una situación que pasamos para alcanzar dónde estamos, ahora así que no quiero quejas de un niño caprichoso porque sé que eres alguien orgulloso, así que aceptas al médico sí o sí y ni una palabra más...
- okey madre ahora me haces el favor de irte de mi oficina, estoy algo liado después veré ese médico de que tú me lo distes - dicho esto la madre se fue de la oficina de su hijo y salió en busca del médico para que la ayudará a su hijo, aunque una parte de ella sólo lo hace por el bien de él sin mencionar que es una mujer.
Sesshomaru sentado en su escritorio mira la alapto y revisa que no tenga nada pendiente, una vez hecho esto sale de su oficina y se va directo al estacionamiento de carros, saca las llaves de su bolsillo y entra a su auto deportivo rojo, soltando un suspiro se va a su casa. Cuando llega su casa su teléfono suena, sin remedio alguno contesta sabiendo que era su madre.
- ¿ahora qué se te ofrece madre? - preguntó el joven de cabellos plateados soltando un suspiro de la frustración que siente, solo quería llegar a casa y descansar un poco aunque sea para librarse eso del trabajo.
- sólo quería recordarte que ya envié el el doctor a tu casa así que dale la bienvenida sin reproches alguno quiero un comportamiento de tu parte - contesto.
- okey - dijo soltando un suspiro, qué tan difícil era llegar a su casa y querer descansar, pero se dio cuenta que su madre tenía otros planes para él - otra cosa más qué se te puede ofrecer
- nada más sólo eso hijo mío ahora compórtate bien con lo mayorcito que eres - sin más decir la madre del joven colgó el teléfono.
Sesshomaru se acostó en su sofá soltando otro suspiro para aliviar un poco su estrés, minutos después escucho golpear la puerta, eso lo frustro más de lo que ya estaba, no necesita saber que era ese medico del que su madre le había contratado. Soltando un resoplido se levanto y se fue a abrir la puerta para recibir ese dichoso medico.
- solo has tu trabajo - dijo con los ojos cerrados para no tener que lidiar con "él" - así podrás retirarte de una buena vez - alejándose de la puerta.
- me temo que no se podrá ser señor taisho - se detuvo en seco cuando escucho la voz de aquella persona.
Dándose la vuelta lentamente vio a una mujer con el cabello recogido en una coleta de caballo bajo, con un pantalón color negro holgados de tela delgada, su camisa color blanco con una bata blanco, la mano izquierda tenia un maletín color negro.
- ¿cual es tu nombre?
ESTÁS LEYENDO
del odio al amor solo hay un paso (te odio y te amo)
Romanceun millonario y una simple doctora que terminará odiandole y a la vez amandole