Ahora que lo pienso... Fue algo extraño.
Quería hacer algo tan común como encontrarme con mi gemelo, pero, no se quedó en algo tan superficial.
De alguna manera, aquella simple decisión cambió absolutamente toda mi vida.
Sin embargo, no se sentía así.
Pareciera que nada hubiese cambiado por mucho que mi entorno se tornaba constantemente en algo incomprensible.
Una sensación extraña.
Pero, nada de fuera de lo común.
Todo aquello fue aquí.
En Ikebukuro.
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Rui Akasawa miraba la estación no muy interesado. Mucha gente en un lugar cerrado. Seguramente la persona que lo estuviese buscando se sintiese realmente mal.
Aún no estaba del todo seguro como es que se había marchado de su acogedor hogar, cuidados por sus abuelos y gemelas, además siendo alguien tan tímido. Rara vez iba a alguna excursión.
Genuinamente, un misterio que si bien le interesa, sabe que ese no es el momento de pensarlo.
Sabe que en esa situación es mejor preocuparse por dónde debe encontrarse con él.
- Rui.
Se gira, viendo a la persona que le llama. Sonríe dulcemente, como si ocultase una pequeña nostalgia que siente en ese momento. Le devuelve la sonrisa mientras se gira a verlo.
Algo está diferente.
Lo nota rápidamente.
Es su cabello.
Ya no es de ese color castaño miel, ahora es un rubio bastante llamativo. Sus ojos siguen igual de azules y cansados, además de parecer levemente algo más confiado. Había cambiado bastante, aunque sus hábitos seguían como los de siempre.
- ¿Y ese color?
- Me lo cambié, ¿no te gusta?
- No, no, te queda... Tan solo, me sorprendió un poco.
- Tres largos años cambian mucho... Por ejemplo, pasé tres años planeando una inteligente broma, pero, aquí estamos, me olvidé de decírtela.
- Pft, si sigues siendo el Ren de siempre.
La persona más cercana a Rui y que en parte admira, aunque duda algún día saber como expresárselo. Ren Akasawa. Su gemelo menor. Un joven tímido que es aficionado a la escritura.
También, el motivo de que Rui esté ahí en ese momento.
- Sí, sí... Como sea, salgamos, tengo bastante que enseñarte.
Obviamente, al ser familia y encima esa estrecha unión de ambos no se ha perdido p dañado durante el tiempo. Diariamente hablaban por el chat, haciendo que esa distancia fuese incluso más mínima entre ambos.
- Aún son las seis, podemos ir a donde quieras.
- ¿Seis? Con lo oscuro que está el cielo...
- ¡Ikebukuro es la ciudad de la noche, Rui!
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✧ꦿ᪼꙰꙰᪼꙰꙰░⃟ꉩ⃢⃟꙰ྲྀ░⃟⃟ɪᴋᴇʙᴜᴋᴜʀᴏ ɴɪɢʜᴛ ☽
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