─Monkey D Luffy siempre ha sido alguien particular, así que, no es una gran sorpresa que el reencarne en un espíritu, ¿es eso tan siquiera posible?
Bueno, el nuevo rey siempre encuentra un modo para sorprender a quienes le rodean, ¡acompáñalo en est...
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—What should I do?
¿Qué debería de hacer? Aquella pregunta no salía de su mente, aún seguía sin comprender que ocurría, parecía que era invisible ante los ojos de Ace y sus padres; como si de un fantasma se tratase.
Momento.
¡¿Era un fantasma?!
Un grito fuerte escapo de sus labios, asustado se cubrió la boca con ambas manos; rápido capto que no podían escucharle al igual que verle, un suspiro de alivio escapo de su boca.
Mientras observaba al pecoso charlar con una gran sonrisa con su madre, un recuerdo vino a su mente; un recuerdo del cual pensaba era un simple sueño.
. . .
Se encontraba en una gran habitación blanca, no podía localizar la puerta ni saber que tan grande era el lugar, estaba confundido; pues lo último que recordaba era haber hecho un brindis por sus compañeros caídos.
—Bienvenido sea, Luffy-san.
El hombre rápido se puso en guardia, frunció el ceño al ver a aquella persona delante suyo, vestía raro, o al menos para el usuario vestir con mantas blancas como si de un vestido se tratase era raro.
—Quién eres. —ordeno con rudeza, aquella persona tan solo rio al ver la actitud del D.
—Sin importar el tiempo, usted no cambiara. —Aquellas palabras confundieron al moreno, no recuerda haberse enfrentado a él y mucho menos recuerda el haberlo tenido como un aliado. — Soy su ángel de la guarda.
El capitán abrió sus ojos cual platos, recuerda que Robin en un momento tranquilo, le había leído un libro que hablaba sobre ángeles, si recordaba bien, entre los que había mencionado; estaban esos tales ángeles de la guarda. También recuerda que Robin le menciono que posiblemente su ángel de la guarda podría ser su hermano mayor, Ace; aquel pequeño recuerdo le hizo sonreír.
—¿Dónde estoy? —cuestiona con tranquilidad, bajando la guardia, tal parece no tendría que pelear.
—En este momento se encuentra en el Limbo.
¿Qué cosa que? ¿Limón?
El ángel rio al ver la cara de confusión que mostraba el rey.
—El Limbo es un sitio en el que las almas con arrepentimientos vagan, no van al Cielo ni al Infierno. Debo suponer que no ha de comprender lo que he dicho.
Luffy asintió de brazos cruzados mientras observaba al ángel, frunció nuevamente el ceño al darse cuenta de una palabra.
—¡Yo no tengo arrepentimientos! —exclama con seguridad.