16.

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— ¿Qué hicieron el fin de semana?— Yuqi vio a Soojin leer su libro de forma animada, y luego volteó a verla.

— No fue sexo, sólo le hice un oral, ella me hizo uno, y nos besamos, vamos lento, ella es algo insegura y quiero que no sea así y que sea totalmente segura, aunque, en su faceta sexy lo es.

La pelirosa abrió su boca sorprendida, pero luego asintió, viendo su libro erótico como si nada, en la primera fila. Soojin sonrió al verla, y su vista fue a su celular, queriendo enviarle un mensaje a la azabache. Bueno, quería hablarle, quería hacerlo.

La pelinegra sólo muerde sus labios en la hora libre, y comienza a teclear.

'Tú: holi. <3'

Al mismo tiempo que lo envió comenzó a morder sus uñas porque la otra no contestaba, no le dejaba ni en visto, y llevó su celular a su frente. Shuhua no le había contestado porque no sonó el celular, pero dejó de inventarse cualquier cosa al recordar que no todos tenían hora libre la primera hora, así que dejó su celular por ahí.

Pero el que haya sonado la alarmo, lo abrió, y recibió una foto de la azabache en el baño, sonriendo.

'Shushu: me escapé porque la profe de mate es estricta jejej.'

'Tú: no seas boba y vuelve a clase, lamento el haberte distraído.'

'Shushu: pero ya estoy en el baño, ¿tú tienes hora libre?'

'Tú: sí, pero tú no, lo siento, no debí haberte enviado mensaje.'

'Sushu: está bien, si tanto insistes, mmm, nos vemos en receso.'

— ¿Qué hizo? ¿Te envió una dick pic?— Soojin negó con un puchero y mentalmente se anotó el que algún día deberían tener un momento por el teléfono. Mordió sus labios, vio su celular, y le envió un sticker a la menor, notando el que sólo lo recibió.

— Uhm, no, le dije que volviera a clase y en lugar de insistirme ella me hizo caso y se fue.

— Pues tú le dijiste, no es adivina y tú y yo sabemos que es dócil ante ti, te hizo caso, a este paso, la tienes gobernada.— Alzó su ceja ante la gloriosa idea de tener completamente gobernada ante ella a la azabache, que atendiera cada palabra suya, y su dedo se dirigió a su labio para acariciarlos.

Su garganta seca, sus ojos ahora llenos de deseo y labios que poco a poco se secaban después de ser levemente humectados. Sí, quería eso, lo amaría, pero al mismo tiempo le gustaría que Shuhua fuera la que tomara el control.

Quería ser pizza y Shuhua la chef que la parta en ocho.

Vuelve a ver su celular, se disculpa con Yuqi, argumentando que debe ir al baño, y sale.

El simple hecho de pensar en una azabache dominante y ruda con su cuerpo la ha mojado por completo, está excitada, y sólo piensa en tomarse una foto para por lo menos, poner nerviosa a Shuhua. Camina al último cubículo, baja sus pantalones junto a sus bragas, y comienza a acariciar su clítoris de forma lenta mientras llamaba a la menor.

Que tragó saliva mientras sentía su celular vibrar, notar el contacto de Soojin, y se excusa. 'Es mi madre, ella casi nunca me llamada, debe haber pasado algo, últimamente mi tío tiene muchas embolias y estoy preocupada.'

Uno, no tenía tío, sus padres eran hijos únicos, dos, no sabía bien qué era una embolia, tres, era Soojin. De un momento para otro se convirtió en una excelente mentirosa, y sonrió victoriosa mientras entraba al baño al mismo tiempo que le contestaba a la otra.

— ¿Todo bi-

— Me estoy masturbando pensando en ti.— Un pequeño susurro que se cola desde su oreja hasta su columna vertebral y prende todo en su cuerpo, de una vez. Sus ojos bien abiertos, traga saliva, y ahora, al escuchar un pequeño quejido, su polla igual de despierta que ella, a medias.

Sólo la pequeña peliengra podría levantar a ambas al mismo tiempo, como lo estaba haciendo ahora.

Shuhua entra a un cubículo y sostiene la puerta mientras ríe, pero el volver a escuchar un gemido de la otra la hace sentir una punzada.

— ¿No es una broma pesada?— Ella misma comienza a desabrochar su cinturón mientras frota su bulto, escuchando a Soojin gemir de forma baja.

— Claro que no, estoy más caliente que un horno prendido bajo el sol de agosto, ¿Qué haces?— Shuhua frota su palma contra su miembro bajo el boxer, y gime, haciendo que la otra chillara de emoción.— Siempre quise tener una sex call.

— ¿Apenas estás frotando tus dedos contra tu clítoris?— Soojin asiente, escucha el cinturón de la otra caer al suelo y sonríe.— Soojin.

La voz más baja y gruesa que le había presentado la mayor, y amó, amó cada segundo, cada palabra y cada letra aunque sólo haya dicho su nombre.

— Le mentí a mi profesora sobre que mi tío está teniendo una embolia para venir a escucharte mientras te masturbas, y masturbarme a mi misma, ¿Crees que haya sido bueno?

— Oh, Shuhua-yah, valdrá cada segundo.— Sus dedos jugando con su clítoris bajaron hasta su entrada, mordió su labio, y gimió.— Ahora voy a meter dos dedos dentro de mí, estoy tan húmeda, Shu, que entrarán fácil, ¿Imaginas qué fácil se deslizaría tu polla dentro de mi?

— Yo sólo estoy frotando la punta y ya está saliendo líquido pre seminal, estoy tan dura que duele, lo haré rápido, Jin.— El gemido que salió por su nombre y Soojin se aseguró de pensar en cosas vulgares, pero no tanto.

Sólo mordió su labio evitando gemir, y habló.

— Algún día deberíamos ir a mi departamento y follar, podrías follarme cuantas veces quieras y tú semen saliendo de mi coño, ¿No te gustaría? A mi me encantaría, tener tu polla dentro de mi, acariciando mis paredes, tocando mi punto dulce, te quiero dentro de mi, Shuhua.

Shuhua carraspeó y comenzó a mover su mano de forma rápida mientras escuchaba que la mayor puso el altavoz, haciendo más notorio la humedad, como sus dedos entraban y salían de ella y sus gemidos. La azabache en segundos sintió como su falo se contrajo y expulsó todo en la taza.

Sus cejas se fruncieron, relamió sus labios, y comenzó a enrollar papel en sus manos para limpiar su miembro y lo restante de la taza. Su voz no tembló, no mostró miedo ni inseguridad, y ese era el efecto que tenía, ahora, Soojin en ella, el saber que esa dignidad que juraba no tener si existía, esa seguridad.

Sólo sonrió.

— No puedo esperar a hundirme en ese apretado coño.— Y Soojin dejó de respirar a escuchar tales palabras. Sólo sintió cómo la voz de la otra se encargaba de hacerle pensar que eran sus dedos, que estaba frente a ella, viéndola, y sintió como el orgasmo la golpeaba.

Escuchó una risita de fondo, relamió sus labios, y después habló.

— El próximo sábado en tu casa, Soojin, estoy ansiosa.

Colgó, sostuvo su celular entre sus manos, y de repente un sonrojo la atacó al mismo tiempo que la verguenza.

"¡DIJE COÑO, LE DIJE APRETADO A SU COÑO, DIOS, SHUHUA, ¿QUÉ PENSASTE? Bueno, daría todo por poder tener sexo con Jinjin... PERO NO DE ESA FORMA!"

Mientras la Diosa de Soojin bailaba, reía, y celebraba que la Shuhua salvaje que deseaba se estaba dejando ver.

ICE CREAM. ✧ SOOSHUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora