Siendo una singularidad infinitamente pequeña, la nada; en un vehemente arrebato, renegó de su estampa y compuso en un pentagrama extraordinario y atípico, primordiales granos de arena.
En un particular paraje una Gea se suspendió, enfurecido incendio en sus adentros. Gravitando y danzando alrededor, de un fulgurante y magnificente lucero.
Como en un reguero de leche, otras orbes en una inmensa concordia, asistieron a la armoniosa sintonía.
Partitura elaborada con cáscara de pedernal y volátiles suspiros.
Desde allí se vislumbraban ínfimas y a la vez grandiosas gotas de rocío, cosidas por un incorpóreo hilo en una tela de cambiante tonalidad. Junto a ellas, un globo plateado moldeaba su figura a placer, influenciando, queriéndolo o sin querer, a inmensos charcos de lágrimas saladas.
En aquellos lares, profundos hoyos hacían de cuenco a la candente sopa primordial.
En aquel caldo primigenio, mínimas y melodiosas notas metamorfoseaban, transfigurándose en una sonata.
Seres de diferentes especias y arcillas, moldeados de carne, huesos y entrañas, surcaban los telares, los charcos y posaban los remates de sus cuerpos en la grandiosa cáscara ancestral.
Anduvieron sinuosos montones de granos de arena, advirtieron grandes ramos con raíces enterradas y fulgurante verdor, con pequeños frutos que eran un manjar. Colosales y orgullosas colinas entorpecían su andar, deliberaron el no ir más allá.
Variopintas y armónicas figuras se fundían en una bella danza al compás. Un poderoso germen se implantó en un fértil vivero. Tras un periodo de infarto un sonoro alumbramiento en forma de lamento se manifestó. Lastimera, dolorosa, emocionante, valiente fuerza creadora que sólo podía nombrársela como mujer.
Fueron cazados y cazadores. Cazadores fuertes y rebosantes de coraje se enfrentaban a enormes bestias para llevar el sustento. Por su bravura y determinación fueron llamados hombres.
Mujeres, hombres, niños y niñas se multiplicaron, crecieron, criaron y evolucionaron. Crearon pequeñas comunidades, utensilios y herramientas. Conocieron la pérdida de un ser amado y buscaron consuelo honrando su muerte. Fue así como se diferenciaron del resto de seres, de los demás animales, y se llamaron a sí mismos humanos.
Prevalecía la supervivencia del más fuerte. Sembraron la tierra y criaron ganado. Tuvieron la necesidad de nombrar todo lo que les rodeaba. Pinturas en los recovecos de su refugio, ritos, ropajes. Sociedades, culturas, creencias, escritura, filosofía, trueques, monumentos, religiones, música. Se civilizaron, prosiguieron los países, ciudades, pueblos, caminos, literatura, escultura, devoción, reinos, curas y monjas, medicina, matemáticas, vocación, trabajo, fabricaron, dinero, intelectuales, ilustrados, tuvieron pan y circo, política, bancos, bibliotecas. Políticos, ciudadanos, carreteras, electricidad, industrialización, transportes. Tuvieron derechos y deberes, votaron, dictadores, exilio, guerras, prensa, unos buscaron la paz y otros la gloria, movimientos, lucha, se manifestaron, juzgaron, leyes, congreso, progreso, democracia, libertad, multiculturalidad, tecnología, ciencia, viajaron al espacio, capitalismo. Creyeron, fanáticos, fronteras, xenofobia, fabricas, sueldos, consumismo, necesidad, pobreza, explotación, contaminación, cambio climático, enfermedades, epidemias, devastación, extinción, hipócritas, racismo, sexismo, homofobia, clasismo, esclavitud, supremacía, discriminaron, opresores, maltrataron, represión, sexualización, vanidosos, fetiches, censuraron, manipularon, celosos, mintieron, envidiosos, callaron, obedecieron. Torturaron, mataron, asesinaron, masacraron, se corrompieron...
Lo tenían todo y todo quedó en nada. Y la nada viajará por los confines del universo para convertirse en un negro agujero.