Capítulo 5-La Celda.

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El tiempo en el cuarto pasaba lentamente, aunque solo fueron un par de horas las que estuvimos encerrados hasta que aparecieron Kate y Jonathan, preocupados por nosotros.

Cuando entraron en la habitación nos contaron que habían dado con una pared que cortaba el pasillo y habían decidido volver. Cuando vieron que no estabamos de vuelta decidieron ir por nuestro camino. Antes de salir de su pasadizo escucharon unos pasos pero no los siguieron porque pensaron que eran imaginaciones suyas. Al abrir la puerta de la sala nos encontraron y nosotros, que les explicamos lo que había pasado.

Tras eso, salimos corriendo para ver si podíamos encontrarnos con los hombres trajeados y con Michael, pero ya habían pasado varias horas y era casi imposible que nos los volvieramos a encontrar.

Tardamos una hora en volver a la sala de psicología de la biblioteca y ya era de mañana cuando subimos al coche de Jordan para dirijirnos a mi piso.

Descansamos un rato hasta la hora de comer, en la que nos fuimos a la comisaría central para ver si podíamos averiruar el paradero de Michael, aunque los hombres que se lo llevaron no paricían policias, al memos no unos normales.

No tardamos en llegar y en descubrir que habían tenido a Michael retenido en una celda de esa comisaría. Llamé a mi padre, que era el oficial de ese mismo sitio, y le pedí que nos dejara ver dónde lo habían encerrado. Al principio se resistió, pero lo molesté un rato y cedió a llevarnos.

Estaba vacío y no tardamos en llegar a la celda. Era pequeña y estaba situada en el fondo del pasillo.

Entramos en ella y nos sentamos en el banco que había pegado a la pared para inspeccionar la habitación y buscar alguna pista que pudiese haber dejado Michael.

Entonces fué cuando ví una nota.

-FBI, W. D. C. .- y estaba firmado por Michael-

-Ya está- Todos mi miran y digo- Nos vamos a Washington.

Las Cartas PerdidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora