Perdida en el nevado laberinto,
hundida en el helado mar.
Atrapada, sin salida.
Exhausta de la lucha.
Cansada de la vida.
Congelada.
Fría como un cadáver,
con sangre de escarcha
y ojos de niebla.
Y en eso
ni el tacto,
ni el olfato,
ni la vista...
En esto el frío,
cruel y despiadado,
apoderándose de mi alma,
frío, nada más.
Y así llego el final,
frío, silencioso, oscuro.
Escandalosamente tranquilo,
heladamente arrollador.
Y acabó.
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Último suspiro
PoetryPoemas sueltos que escribo cuando tengo una pizca de inspiración...