Break My Heart (Hulkeye)

siete

-Tienes muy buen repertorio de chistes James
-Ya sabes quién soy —dijo abriendo sus brazos y señalandose, ambos rieron
-Ya me lo dijiste todo —Bruce habló— oye, vamos por otra cerveza
-No te preocupes Bruce, yo voy, es más, te voy a traer algo especial a parte
-¿De verdad? Está bien —le dió el envase— Para ser sinceros, no me gusta la cerveza —rió
-Traeré algo más dulce, sé que te va a encantar
-Te espero —sonrió y observaba como se apartaba hacia la barra
-Uy picarón —Nat llegaba con él
-Hola Nat —sonrió
-Creo que ya tomaste mucho Bruce, deberías de detenerte un momento, apenas son las 10 y falta mucho
-Estoy bien, solo llevo dos
-Ten ves... Mareado
-Parece, pero créeme, si me sintiera mal, me le hubiera pegado a Clint como sanguijuela
-¿Seguro?
-Sip
-Si tú lo dices —le palmeó el hombro— por cierto ¿Has visto a Clint?
-Si, estuve con él hace un rato, creo que está con sus amigos del gimnasio
-Oye —lo tomó de la mano
-¿Qué?
-Ten cuidado con James, me dijeron que no siempre tiene buenas intenciones —Bruce de inmediato recordó la plática con Clint
-Seguro —le guiñó el ojo, provocando que Natasha se sonrojara un poco— me hago el difícil
-Espero que con quién te merece no lo seas —Nat con coquetería miró a Bruce, se dió la media vuelta y se fue
-Creo que no soy el único interesado en ti —James regresaba con dos vasos en la mano
-No, es Nat, a ella le gusta ser coqueta
-La forma en la que te miro, dijo más que lo que tú me acabas de decir —Barnes le dió uno de los vasos a Banner— me alegra que de momento estés conmigo
-¿Qué es? —cambió Bruce de tema— se ve rico
-Pruébalo —Bruce obedeció— es tequila con un poco de toronja, se ve azul por qué le pusieron jarabe de moras
-Sabe bien, pensé que sería peor

Ambos chicos continuaron disfrutando de la fiesta. Bruce conoció a mucha gente, a decir verdad, ya no recordaba el nombre de la mitad de ellos, se sentía bien ser extrovertido, todo parecía ir bien, sin embargo, era todo lo contrario
-James, vuelvo en un segundo
-¿A dónde vas? ¿Ya te aburriste? —lo tomó de la muñeca
-Voy a buscar a Clint, ahora vuelvo
-Ven —lo jaló hacia él— déjate llevar
-¿Fuiste tu verdad?
-¿Yo que hice? —dijo riendo
-Maldito, suéltame
-¿Pasa algo Barnes? —Clint había llegado silenciosamente hasta ellos
-Clint, quiero irme ya —suplicó Bruce como un niño
-Vámonos —Clint lo tomó la mano
-Si él se quiere quedar, no lo obli...
-Sueltame maldito —respondió Bruce
-Sueltalo James —Clint se mantenía sin expresión alguna en su rostro— conoces la parte buena de Bruce, no quiero que acabes en el hospital
-Si claro —tomó un trago de su bebida— no creo que pase —sonrió
-Clint, vámonos ya —Bruce suplicó
-Nos veremos después Bucky —Clint lo miró con odio
-Si las miradas mataran... —James habló y al instante Clint se avalanzó sobre el
-No Clint, vámonos —Banner lo jaló por la cintura— no vale la pena —caminaron hasta la salida, siendo Bruce más rápido que Clint
-¿Qué tomaste?
-Al principio solo era la cerveza...
-Pero si no te gusta la cerveza
-Eso le dije —el rizado apretaba su mano contra su entrepierna— me dijo que me traería algo menos fuerte —Clint rascaba su sien con fuerza— me dijo que era tequila con toronja
-Maldito, ya se qué te puso... ¿Se veía azul o morado?
-Si, sabía dulce por que según era jarabe de moras
-Bruce, no puedo llevarte a tu casa así, tu madre me mataría... Vamos a tener que pasar la noche en otro lado
-¿Qué? —Bruce no podía enfocarse, solo sentía un peso muy fuerte en su entrepierna y un calor inmenso
-Te dió viagra y otra cosa, no recuerdo el nombre ahora pero —trataba de no reírse— vas atener unas inmensas ganas de cojer
-¡¿QUÉ?!
-Te lo dije —caminaban hasta el carro que traía Clint— no se te ocurra hacer algo en el auto de mi madre
-No puedo pensar bien Barton —Bruce trataba de mantenerse sereno, pero su atención iba siempre a su entrepierna
-¿Traes dinero? —Clint comenzó a manejar
-Solo traigo... —Bruce metió la mano en su bolsillo trasero y sacó un par de billetes— es todo —Clint lo tomó y comenzó a contarlo
-Junto con lo que traigo, nos alcanza para una noche cerca de aquí
-¿Cómo sabes?
-Vi los precios cuando veníamos, supuse que íbamos a regresar acompañados, nunca me imaginé ésta situación —Clint sonreía de lado
-Oye ¿Tan gracioso me veo?
-Es que todos te dijimos que tuvieras cuidado con Barnes y —soltó una carcajada
-Ríete, ya te quiero ver en mi lugar
-Ya lo estuve —aceleró— ese maldito siempre hace lo mismo cuando quiere cojer con alguien nuevo
-Clint, tengo mucho calor
-Ya casi llegamos, trata de respirar correctamente