Alejandra y Marcos se conocían desde niños, sus padres amigos entrañables, compartían sus vacaciones todos los años. Bajo la mirada atenta de sus progenitores, ellos disfrutaban felices nadando, paseando a caballo, tomando sol, que doraba sus cuerpos dando color a su blancura porteña. Pasaron los años y esas travesuras compartidas, se fueron transformando, creciendo con ellos y cambiando la forma de deleitarse. Caminatas, charlas profundas, atardeceres compartidos, viendo como la luna asomaba tímidamente, bañando con su luz de plata todo el entorno. Una tarde, en la puesta de sol, contemplando en silencio la maravilla de colores del cielo, se sentaron sobre un tronco añoso, que cansado de ser árbol, servía de otra manera, que los enamorados se convirtieran en testigos de la bella naturaleza, sentados tejiendo sueños… Alejandra sintió que algo estaba cambiando, cuando se miró en los ojos de Marcos. Allí atrapadoras chispas de amor y ternura la envolvieron, en una sensación inolvidable y eterna, Marcos sintió lo mismo y atrayéndola la besó con la ternura y el temblor de un amor recién nacido. Esa noche hubo fiesta en la tierra y en el cielo, fueron testigos de la magia del amor…
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Amor Joven
Short StoryAlejandra y Marcos se conocían desde niños, sus padres amigos entrañables, compartían sus vacaciones todos los años. Bajo la mirada atenta de sus progenitores, ellos disfrutaban felices nadando, paseando a caballo, tomando sol, que doraba sus cuerpo...