SEGUNDA CARTA

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Creo que me precipité y las ganas de querer escribirte nublaron la poca cordura que tenía, hoy es 31 de marzo, si, el mismo mes y el mismo año. Hace unos días que no toco el escritorio y me siento relajada, con poco que decir, pero siento que tal vez convertir en una bola de papel mi primer carta no me sirve de mucha inspiración, ni ayuda para saber de donde arrancar. He decidido colgar de un hilo encerado con pequeños broches a modo de tendedero, las cartas que no me atrevo a enviarte, esta frente a mi escritorio, por si decido mandártelas un día de insomnio o cuando estalle de felicidad, también se me ocurrió pegar en la carta, la hoja del árbol, no se en que servirá eso, pero me motiva.

Salí hacer un par de compras, me sentí normal, habían muchas personas que caminaban y hablaban velozmente y a causa de ello alborotaban calles, tiendas y mis oídos. Regresé a mi casa aturdida, demasiado cansada, me recosté pero no tuve sueño, me resultaba agobiante el calor, no tenía ganas de comer, ni de articular una sola palabra, ya había escuchado suficiente. Miré a lo lejos la habitación del escritorio, me apoyé en el marco de la puerta, suspiré como cuatro veces, me decidí a entrar para tocar las paredes blancas, los cuadros de obras abstractas, hasta que me topé con un cuadro de mi amor y lloré. Por primera vez te había llorado solo a ti, el otro día fue de impotencia y cada vez me pregunto si las lagrimas que caen de mis ojos sienten más calor al caer en el suelo que en mi cuerpo frío.

Voy a pintar la habitación, color rosa viejo, no soy buena pintado pero creo que eso va a tranquilizar parte de mi ser, va a transformar mis ganas de escribir y expresarme. Llevo pintando más de cuatro horas, mis brazos están frágiles y mi autoestima un poco débil, pero hoy quiero descargarme, posiblemente sea lo mejor que podría llegar hacer y se la voy a dedicar a mi amor.

                                                                 23 de marzo del 2021

Querido Amor:

Hoy me sobrecargue, ignore al mundo y pinte al mundo de rosa viejo, como tu color favorito. Quería decirte que hoy en verdad encontré y escuché el bullicio del que tanto te oí protestar, pude ser consciente llegando a casa como es que te puede afectar eso, como te deja sorda y fuera de si. Más que nada, hoy te escribo por descargarme, se que me entenderías, lo haces siempre y cada vez que puedes me lo recuerdas.

También quería hablarte que pinté mis paredes, un poco a propósito para recordarte, eres la luz que tanto necesito en mi vida, ojalá entiendas lo que significas para mi.

                                                                     Besos y abrazos.

Colgué la carta, esta era más corta que la anterior, me abrumaba, mis sentimientos estaban siendo reprimidos en una caja sellada, no podían huir sin destrozar algo antes. Hoy fue un día para recordarte, pero debo dormir.

CARTAS PARA DECIRTE TE AMODonde viven las historias. Descúbrelo ahora