Disgusto Nocturno

Parte 1

La noche oscura, caliente y que para nada le agradaba a Erick, le estaba dando un fuerte dolor de cabeza casi insoportable. Las pocas brisas que corrían por aquel parque se sentían como un abrazo sudoroso que te hace sentir todavía peor, sin embargo, Erick era consciente de que estaban en pleno invierno, pero, no era nada nuevo para este joven, ya que al estar en Latinoamérica y sobre todo en una zona ecuatorial; el calor era casi como un pan de cada día para él y las demás personas de aquel lugar. 

Aunque, aquella noche era un infierno para él, luego de pasar horas de incomodidad frente a sus amigos en el parque; y en vista de que no soportaba estar más allí, decidió marcharse ya para su casa, pues el calor, la gente que no le agradaba y la que él mismo consideraba una brisa infernal lo tenían hasta las pelotas. Al acercarse al área de juegos para recoger a su hermanita y marcharse, esperaba no tardar mucho; pues irse de allí era para él algo de todos los días, dado que no era su primera vez yendo a aquel lugar con su hermana era relativamente algo común salir de ahí.

Sin embargo, sus pensamientos se vieron refutados por aquel llanto desmesurado  y estentóreo que lo dejó inmediatamente de manera patidifusa puesto que dicha reacción a la orden de ida era anormal en su hermana, sin embargo, su hermano mayor; era en lo absoluto todo lo opuesto a la definición de dócil y sin pensarlo dos veces, la toma de los brazos y decide salir de ahí con ella por la fuerza, al ser una niña de tan solo seis años; sus esfuerzos no iban a ser para nada útiles pese a todo lo que se esforzase y aunque de vez en cuando disfrutaba de molestar a su hermana hoy no era un día de esos ya que se sentía muy ofuscado y el porqué de esto no lo sabía, pudo haber sido su día de mierda el que lo tuviese así, pero de momento a él no le importaba, solo quería llegar a su casa bañarse, ponerse ropa cómoda y tirarse a dormir, nada anhelaba más en el mundo que irse a dormir y olvidarse de que este día pasó, pero, su camino hacia la meta propuesta por él mismo no estaba para fácil ya que arrastrar a su hermana que estaba cada vez más dispuesta a darle patadas e incluso morderlo era un obstáculo que deseaba sacarse de encima.

El pensaba que al llegar a su casa no tendría problema en castigarla vetándola por tres días de su salida al parque, cosa que en su mente se escuchaba como un alivio a su problema de tener que estar a cargo de ella por un buen tiempo, si bien su camino a casa ya era un tormento de todos modos empeoró puesto que se dio cuenta de que una señora estaba observándolo, y Erick, acostumbrado a pensar siempre en lo peor, aunque en esta ocasión no se equivocó, intuyó que aquella señora castaña, baja y de color de ojos de color irreconocible  por su edad, estaba pensando que se trataba de un secuestro; y claramente con aquellas pataletas de su hermana no se podía pensar en otra cosa, por más que ella intentó seguirlos hasta su casa de manera disimulada Erick, quien aprovechaba el forcejeo con su hermana para de alguna manera  mirar hacia atrás y mirar a la señora fijamente para que se diera cuenta que no estaba siendo discreta y sabia de su presencia, aunque luego de hacer esto por un par de veces, decidió desistir de su juego de miradas ya que pensó en que eso no haría nada más que despertar las "sospechas" de aquella señora puesto que eso mismo haría un secuestrador.

Ya entrando en la calle en la que se encontraba  su casa, estando a mitad de camino y tan cerca de llegar a casa y por fin sacarse a su hermana de encima y tirarse a dormir; la señora se le para enfrente y saluda con un tono bastante altivo diciendo

-Buenas noches jovencito, Mi nombre es Hadassa y quie...

-Soy Erick, y quien sea o lo que quiera, a mi no me importa, quítese. -dijo Erick quien ya se encontraba falto de humor-