Capítulo 1

11 1 0
                                    

Estaba triste, en un estado casi depresivo.

Estaba por llegarme el período y cada mes era lo mismo. La mayoría del tiempo me ponía sentimental cualquier cosa. Una vez estaba viendo una película de acción y empecé a llorar porque una escena me pareció muy emocionante. Es tonto, pero cuando tienes el período nada tiene sentido.

Estaba en mi habitación, desparramada en mi cama, escuchando música que me pusiera aún más triste. Era un buen plan para un viernes en la noche. Todo iba relativamente bien hasta que sentí que algo pesado saltó encima de mí, lastimándome en el proceso y yo sabía QUIÉN era ese algo.

-¡MAMÁ, SE METIÓ OTRO PEJELAGARTO! – grité con todas mis fuerzas mientras pateaba a Dan para hacerlo caer de la cama.

-¡Auch, bruta! - dijo sobándose la cabeza - Por eso no tienes novio- se burló, como siempre lo hacía, a la vez que me abrazaba y colocaba su cabeza en mi pecho.

Nunca perdía la oportunidad de resaltar que aún no tuviera uno. Pero qué podía hacer, los que me gustaban, yo no les gustaba y a los que yo les gustaba, bueno... no cumplían con los estándares que los libros y las series habían creado en mí. Y tampoco es que en la cuidad en la que vivíamos hubiesen chicos mínimamente decentes para escoger. Sé que ningún hombre será tan perfecto como yo deseo que sea, pero tampoco puedo estar con cualquier estúpido hueco de la cabeza que solo quiera tener sexo.

Iba en el segundo año de mi carrera. Estudiar Negocios Internacionales, nunca fue mi primera opción, en realidad, nunca fue opción. Yo quería estudiar algo relacionado con el arte, siempre me gustó dibujar, cuando era pequeña lo hacía mucho, pero mientras crecía, tenía que dedicar mi tiempo en otras cosas, como el saber cuál era el verbo pluscuamperfecto o la estructura de una bacteria, y así fue como poco a poco, dejé de hacerlo.

Tampoco es como si la carrera fuera tan mala, además, ayudaba el hecho de tener compañeros deliciosamente comestibles, como diría Dan, los cuales me motivaban el ir a clases.

Y luego estaba Dan, mi mejor amigo. Lo conozco desde que tengo memoria y realmente soy afortunada de tenerlo a mí lado.

Desde que éramos niños hacíamos todo juntos, por lo tanto, mientas crecíamos escuchábamos todo el tiempo de las personas el "ustedes deberían ser novios". Y he de admitir que él en algún momento de mi adolescencia me  llegó a gustar, obviamente no se lo dije, era un enamoramiento estúpido y no quería dañar nuestra amistad.

Años más tarde él se declaró y citando sus palabras, "como a una persona que no le gustaba un género en específico, sino, la esencia y la personalidad de la persona". Y yo estaba bien con eso, siempre lo iba a amar sobre todas las cosas. Pero se lo tomó muy en serio y se acostaba con todo aquello que tuviera un hoyo dónde meter el pene, y a decir verdad, le tenía un poco de envidia, porque en lo más profundo quería ser menos cobarde y ser igual de salvaje que él.

-¿Qué haces aquí encerrada y por qué está tan oscuro?- podía sentir como vibraba mi pecho cada vez que él hablaba- No me digas que te estabas tocando, ¡eres una guarra!

-No todas las cosas del mundo giran en torno al sexo, cariño – alzó su cabeza e hizo un pequeño puchero. Él era malditamente atractivo.

-¡Aguafiestas! Entonces, ¿solo estabas aquí pensando sobre tu triste y aburrida vida?

- Mmmjj- ¿por qué su cabello era tan suave? Dan era vanidoso. Le gustaba hacer ejercicio, aunque no tenía grandes músculos, su contextura delgada pero firme, combinada con su altura, era perfecta para atraer las miradas. Pero sé que su cabello se lo lavaba con el mismo jabón con el que se lavaba el culo, entonces, no entendía por qué estaba tan sedoso.

-No estás prestando atención a lo que digo- estaba tan enfocada tocando su pelo que seguramente parecía una loca y la oscuridad de la habitación no ayudaba a la situación.

-Perdón, ¿qué decías? -sé que le molestaba que no lo viera a los ojos mientras hablaba, según él porque no le tomaba la debida importancia a sus palabras.

- Decía que levantaras ese culo gordo porque vamos a ir a una fiesta y será destructiva teniendo en cuenta a las personas que invitaron- dijo mientras revisaba los mensajes que le llegaban a su celular de algún grupo de Whatsapp.

Escuchar fiesta destructiva no era algo que te diera a entender que todo saldría bien y que nada malo fuese a pasar, ¿verdad?

-Y no acepto un no por respuesta. - iba a replicar cuando me interrumpió levantando su dedo para hacerme callar. ¡Qué impertinente! - Le dije a tú mamá que íbamos a una pequeña reunión en la casa de unos amigos.

-Já. Mi querido amigo – le di unas cuantas palmadas en su hombro- Mi mamá dejó de creer en tus pequeñas reuniones desde la vez que tuvo que ayudarme a bañarte porque traías el cabello lleno de vomito de quién sabe quién.

-Sí, bueno, ese día andaba re loco. – y lo que le seguía- Pero el objetivo de esta noche es que termines con esa racha virginal que cargas desde que se creó el ábaco.

La falta de respeto abundaba y se podía oler en el aire.

En realidad, no estaría mal salir un rato. Quedarme aquí en mi habitación y hundirme en mis penas ya no sonaba tan atractivo. Sin embargo, no iría a la fiesta a buscar con quién acostarme, pero sí para pasar el rato.

-Está bien- accedí- iré, pero no por la razón que tú piensas.

En su mirada y la sonrisa que me devolvía se podía leer el "Haré todo lo posible para que tengas sexo", solo le hacía falta un letrero con luces neón para que lo hiciera más obvio.

-No seas mojigata, sé que deseas con todas tus ansías el estar rodeada entre los grandes, musculosos y fuertes brazos de algún hombre que te de la atención que necesitas o bien el estar entre sus grandes, musculosas y fuertes piernas chupándole el...- le tiré una almohada en la cara para evitar que terminara la oración, porque, aunque no lo dijera en voz alta, era verdad.

Solo esperaba que la fiesta destructiva no fuera tan destructiva.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 12, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

ALPHEADonde viven las historias. Descúbrelo ahora