Corro y corro, lágrimas surcan mis mejillas mientras la ansiedad se apodera de mí. Me siento asfixiado por la impotencia, pero no dejo de correr. Mis pies descalzos sangran por los fragmentos de cristal, sueños rotos que se encuentran en este borroso trayecto final... quizás no, cada vez estás más cerca. Me miras con ojos burlones y te ríes en mi cara, sabes que ganarás ante mí e impones tu presencia abrumadoramente. Solo déjame vagar por esta incertidumbre, si al final mi existencia es solo un juego para ti, Tiempo.