7. Obras de arte

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Henry

El día de hoy la cafetería, como siempre, está muy concurrida. Hay infinidad de adolescentes hormonales debatiendo, discutiendo o simplemente comiendo por todo el lugar.

Si me lo preguntan, el ambiente es acogedor y alegre.

A lo lejos puedo visualizar a Hailey caminando entre la muchedumbre, probablemente buscando un lugar libre para sentarse, entonces levanto el brazo para hacerle señas para que venga a sentarse a la mesa con nosotros.

Pero ella sonríe levemente y niega con la cabeza para luego seguir de largo y sentarse al fondo del comedor.

Un leve suspiro sale de mi boca mientras bajo la vista a mi comida.

— ¿Qué le pasa? — pregunta, Camila — pensé que le caíamos bien.

—Seguramente ustedes no le agradaron, por lo pesados que son — supone, Theo.

— Le caímos bien o mal no, interesa — dice Lucas, con indiferencia.

— Claro que interesa — le contradice Cami, mirándolo con mala cara —Es la crush de Henry, probablemente su futura novia, por lo tanto, nuestra casi cuñada. Tenemos la obligación de caerle bien.

La ojiazul rueda los ojos y sigue comiendo.

No me molesto en negar ni aclarar nada.

Aceptar las cosas, es el primer paso para poder superar.

Soy muy consciente de que me gusta Hailey, lo supe en el momento en que la vi por primera vez en aquel aeropuerto, tan apurada y agitada, pero tan segura de sí misma, la manera con la que se mueve entre las personas, como pasa entre todos siempre desapercibida, pero a la vez tan persuasiva para los ojos de los que se atreven a prestarle atención.

Ella sabe que es suficiente y no necesita demostrárselo a nadie.

Y eso que solo tengo una semana de conocerla y por eso mismo trato de no hacerme ilusiones, está claro que no quiere una relación conmigo, por lo menos aun no.

— ¡Henry! — escucho decir a Cami, lo que hace que la mire — Te pregunte si sabes por qué no le agradamos a Hailey.

— No creo que le desagraden — digo encogiéndome de hombros y es entonces cuando empiezan a ser más obvias las cosas, pero claro, ¿cómo no lo vi antes? —Solo no le cae, Lucas.

— Eso tiene más sentido.

Eso me recuerda a ayer y la barbaridad que le hizo el susodicho a Hailey.

Suena la campana, logrando que salga de mi trance. Todos tomamos caminos separamos, cada quien a su respectiva clase.

[...]

—... Entonces por eso creía que Camila Méndez era la hermana menor de Shawn Méndez.

Miro de reojo a Hailey y apenas sonríe con mi chiste-anécdota.

Vamos en dirección a casa (esta vez caminando) y como siempre, le estoy hablando sin obtener alguna respuesta, fuera de los monosílabos o de una sonrisa, claro.

A veces me pregunto si me ignora, me sonríe y a veces asiente, pero el problema es que yo sé que ella no es una persona encogida, todo lo contrario.

Si supiera que me da tanta paz escuchar su voz.

Pero definitivamente tímida no es. A mi parecer ella trata de ser fría y distante, pero no lo es, en realidad es divertida e insinuante, tal vez solo tiene miedo de ser lastimada o solo le cuesta entrar en confianza.

La curiosidad me gana y me atrevo a preguntar:

—¿Te puedo preguntar algo?

Me mira dudosa por un momento y pienso que me dirá que esa ya es una pregunta, pero luego de pensárselo por un momento asiente.

Fingiendo InocenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora