Han pasado 6 años...6 años completos desde que terminamos... Y aquí estoy yo, vuelta añicos por lo que siento...
No te odio, nunca lo he hecho, y aunque quiera, nunca lo haré.
Es sólo que me siento tan frágil y pequeña con solo la idea de estar frente a frente.
Cuando tenía 16 y era inocente, y débil y tonta, sentir tantas cosas por ti... Tantas cosas...
Y creo que tú también lo sentiste, al menos eso quiero creer. Luego de tantas palabras dichas, ya no sé qué sientes por mí o que sentiste o que piensas.
Todo es tan complicado que me ahogo en mis palabras, me ahogo y no puedo sacar la cabeza de debajo del agua para respirar.
Cuando tenía 16, hubiera dado lo que fuese por besarte, abrazarte y amarte como nadie lo hizo nunca. ¿Pero de qué sirve eso? De nada. Tenemos nuestras vidas ahora y pronto te casarás.
Nada de lo que haga o diga puede cambiar lo que ya está destinado a ser.
Y lo sé.
Sé que estamos destinados a vivir la vida predeterminada, la configuración básica de la experiencia humana. Sé que eso es lo que más deseas, siempre me lo diste a entender... Que algún día, cuando te hubieses graduado de la universidad, cuando ya tuvieras un lugar que llamar hogar, que querías un hogar, y niños aunque te daba miedo tener niños. Yo nunca los quise y aún así, los habría tenido contigo, en esta y en mil vidas más.
Lo que sentí por ti fue tan intenso y real como calor del fuego de una fogata. Era real y aunque estaba en uno de los peores tiempos de mi vida, estabas para mí y lo hiciste mejor.
Hablé con alguien sobre ti, y le dije que lo que sentí por ti, nunca se ha comparado con nadie más y es cierto.
Puede que mis memorias hayan sido modificadas a mi gusto pero, lo que sentí, sigue allí, sin modificar, intacto. Nunca camino por esos pasillos de mi mente porque no quiero mancharlos, no quiero modificarlos, no quiero revivirlos, no quiero sufrirlos de nuevo.
¿Acaso tienes idea de cuántos de mis amigos saben de ti? ¿De ese amor loco, intenso y joven? ¿De ese amor que murió tan rápido como floreció? Creo que no, creo que nunca te has puesto a pensar en eso y está bien, soy tu secreto, ese secreto que será dejado en un rincón poco iluminado, mientras se corroe y se pierde. Y sé que dirías "¿Quién le hace pensar que no pienso en usted? Siempre asumiendo cosas y nunca preguntando" porque te conozco, o al menos conozco a la version de 19 años de ti, la versión más vivaz pero más triste y más marchita.
Pero, de que sirve todo eso sí sabemos lo que va a pasar.
Te extraño muchísimo y siento que cuando te fuiste de mi vida, te llevaste una parte de mí contigo y aún ahora a punto de casarte, sigo allí contigo.
Quisiera que dejáramos todo para estar juntos, para cumplir esos planes locos que teníamos, para vivir esa vida que debimos tener y aunque no nos parecíamos, éramos muy afines. Tu me molestabas mientras yo te tenía paciencia y te entendía.
Eso éramos.
