Fíjate que era bastante curioso, ¿no? Haz de cuenta que me dejaba ahí encerrado todo el santo día y luego venía por mí ya en la noche. Pos me cagaba de hambre y sí estaba muy gacho, pero siempre me pedía perdón, y pues la neta si se notaba que se arrepentía, porque me consentía comprándome chingaderas y que la fregada, y pos yo si me chiveava y me hacía el modosito. Y pus la verdad, sí, llegue a saber por qué no me sacaba en el día, pero estuvo medio macabroso eh, ja. Su papá me quería coger, y ósea, si me andaba dando al don, pero pues ya me estaba dizque enamorándome de este wey, ósea, no del papá, del hijo pues, pero los dos estaban igual de buenos y si me les daba.
Este... ¿Qué te estaba diciendo? ¡Ah sí! Y pos eran tiempos de guerra, y supongo que estos weyes eran soldados y que la madre, porque traían un uniforme, así como de soldado, pero pos no estaban ahí, donde se peleaba ¿no? Perdóname si no me acuerdo de eso, ya estoy viejo y aquí en México ni enterados ni nada, o bueno, pos sí. Hasta se fue un escuadrón a entrenar al gabacho, pero solo eso. Yo tenía un amigo que dizque participó ahí, de que, estuvo muy padre dice él. Y pues, en dado momento si quise entrar, pero andaba en la chamba y no di el peso ni la altura, y es que comía pura torta de plátano, porque era lo único para lo que me alcanzaba, así que estaba todo flaco, pero al menos tenía buenas nachas, para darlas ja, ja, ja. Pero hasta eso, no nos metimos mucho en la guerra, y eso que te cuento fue nomás porque nos tiraron un barquito, y que al final fue Estados Unidos, sí, el que tiró el buque ese, esos cabrones querían que entráramos a la guerra, pero ¡ni madres! Ósea, ya andábamos jodidillos como para entrar en esas chingaderas, no gracias.
Ajá, y lo que te decía antes, del joven y su papá. Pues estuve ahí como cinco meses o más, y quizás menos, porque andaba bien ido la neta. Ni sé, pero los veía a sus ojos y me atontaba cañón. Para mí era raro ver a gente tan blanca y con los ojos, así, claritos. En esos tiempos todos nos sentíamos poca cosa, pus porque no éramos güeros eh, ahorita a los chavitos, ya ves, no les afecta tanto, pero en esos momentos haz de cuenta que nos queríamos meter en cloro para blanquearnos ja.
Igualmente trataba de comunicarme con estos cabrones, y estaba difícil la cosa, porque pues yo ni inglés sabía, y mucho menos ruso ¿eh? Pero ahí más o menos nos entendíamos ¿no? Eso sí, te cuento que tenían un casotota, ya ni las casonas que veía en la roma eran así. Estaba bien imponente la fachada, y la verdad estos weyes estaban bien altotes y mamados. En cierto momento pensé que me querían para dar, mis servicios, pero no. Se veía que me tenían lástima, ya te digo, un morrito todo flaco, por ahí de 17 años ganándose la vida prostituyéndose en lugares bien feos, y sin nadie a mi lado, ni familia ni nada. Yo ni enterado de mi situación, andaba en mi rollo intentando sobrevivir, y quizás sí, chillaba, pero nomás en la noche, porque esas son las horas donde se chilla.
En cierto momento llegaron más chavos a la casota. Creo que eran los hermanos de este cabrón, y pues ya te imaginarás. Todos bien altotes y mamados, pero se notaba que venían de pelear porque estaban llenos de fregadazos y quemaduras. Y tenía miedo, porque estaba ahí en Europa, donde estaba todo ese merequetengue, ¿no? Fíjate que al final me tocó ser parte de la guerra, porque en dado momento esos weyes que me protegían de todo ―eran un amor― se fueron a quien sabe qué, y me dejaron ahí. Luego vino el ejército alemán y me llevaron a lo feito ¿no? Pero pues ahí un general me quería llegar, porque pues le gusté o no sé qué. Y eso ya estuvo feo porque me tuvo en su casa nomás para tener relaciones conmigo, y ni me daba de comer ni nada. Y como estaba en un sótano, al caer una bomba por ahí, pos se me cayó el techo encima, y me dolió harto. Terminé hospitalizado porque quedé en coma, pon tú que, por cinco meses, ya ni me acuerdo. Pero si tardé en recuperarme. Y eso fue en España, en un hospital de Galicia, de donde era mi papá, y pus intenté buscarlo ¿no? Pero lo dejé, porque pues por algo me abandonó.
Una anécdota de ahí medio chusca es cuando me levanté y una enfermera me andaba echando ojo. Quizás andaba medio drogado o algo, pero nomás vi que paró la trompa y me dijo "Y tú ¿Qué vas a hacer cuando dios se muera?" y yo paré también la trompa y le respondí "Y tú ¿Qué vas a hacer cuando dios se muera?".
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Vampiro | RusMex
FanfictionNahuel, mejor conocido como La Dalia Negra, es un antiguo prostituto del Distrito Federal. Mediante cintas, le cuenta a usted, el lector, anécdotas de su vida taloneando por ahí para ganarse la vida, y sobre como conoció a cierta persona con la que...