Préface

                                                                                              (Prólogo)

Esto que vive en mí, por quien yo vivo,

Es la mente inmortal de Dios, creada

Para que, en su principio transformada,

Anhele al fin de quien al ser recibido.

Más del cuerpo mortal al peso esquivo

Al alma en un letargo sepultad,

Es mi ser en esfera limitada

De vil materia mísero cautivo.

En decreto infalible se prescribe

Que al golpe justo que su lazo hiere

De la cadena terrenal me prive.

Luego con fácil conclusión me infiere

Que muere el alma cuando el hombre vive,

Que vive el alma cuando el hombre muere.

Han pasado años desde que ese recuerdo me persigue cada noche, un recuerdo que me va consumiendo cada hora y minutos de mis 27 años. Un recuerdo que a cualquier ser de tan solo imaginarlo un escalofrío recorriera su cuerpo, esto paso hace 8 años era un día bastante inusual ya que habíamos iniciado primavera, aún recuerdo la fecha''21 de Marzo de 2013'' justamente el cumpleaños de uno de mis hermanos menores, eran las 2:30 p.m. y estaban amigos de la familia y familiares reunidos en el patio trasero para celebrar el cumpleaños número 16 de Alejandro, me acuerdo que el más entusiasmado era Michael ya que estaban personas que él apreciaba, sobre todo que la familia estaba reunida y ese día nuestros padres no fueron a trabajar, algo que nosotros apreciamos mucho ya que éramos muy felices cuando ellos no tenían que ir a trabajar digo éramos ya que esa felicidad no duro para siempre, al terminar el día nuestro familiares se fueron y todos nos preparábamos para dormir, eran como las 5:00 p.m., cuando escuche un ruido en las escaleras de mi casa y sin pensarlo corrí a los cuartos de mis hermanos para ver si estaban bien, lo cual por suerte ellos parecían estar dormidos fui al cuarto de mis padres y ahí fue donde mi mundo se desplomó y un dolor invadió mi pecho en donde se sitúa mi corazón, vi como una persona acuchillaba a mis padres los cuales se notaba que ya estaban muertos, muertos esa palabra siempre me atormenta cada noche cuando matamos a alguien. Antes de que esa persona me alcanzara a visualizar corrí al cuarto de Michael ya que era el más cercano, lo meso un poco para que no despertara en un largo periodo de tiempo, después fui por Alejandro el cual estaba sentado en su cama medio despierto, le hable y le dije que me siguiera, que no preguntara nada ya que estaba pasando lo que nuestros padres tantos nos contaron que alguna vez pasaría. Él se puso unos zapatos y agarró unos que se veían más pequeños para Michael ya que a él lo traía cargando descalzo, abrimos un pasadizo que daba a la cochera , buscábamos la camioneta que siempre estuvo preparada para un momento así, la encendimos pero al abrir la cochera vimos que del patio algo se acercaba, como yo era el que manejaba pise el acelerador escapando de ese lugar donde probablemente jamás volveríamos como no podíamos ir con un familiar por miedo de que esa persona les hiciera algo así que fuimos a la casa de mi mejor amigo el cual nos recibió con amabilidad y desde esos días siempre nos ayudó en lo que necesitáramos. Después de 2 meses de estar con el todo se calmó, yo me tuve que encargar del trabajo familiar junto con Alejandro el cual trataba de ayudar en todo lo que pudiera, era obvio que por la muerte de nuestro padre nosotros no fuéramos los mismos tan luego pero el que nos preocupaba mucho a Alejandro, Cesar y a mí era que mi querido hermanito el menor de los tres estaba en una especie de afasia ya que con nosotros era raro que el hablara incluyendo a César que él lo cuidaba cuando nosotros salíamos o teníamos que viajar, pasaron los años y un día todo cambió, el día que lo conoció a él ese hombre que aparentaba todo lo bueno y si era bueno y todo lo que se podía pedir pero avía algo que nos ocultaba, aunque no a mí ya que yo lo había investigado y descubierto. Si tan solo no lo hubiera conocido Michael no sería como ahora es.

Amou TueurDonde viven las historias. Descúbrelo ahora