"Capítulo 2"

2 0 0
                                    

"El chico del bar"

Cuando pensé que la vida no podía ser más injusta conmigo me doy cuenta de que el camión que tome me ha llevado demasiado lejos, más de lo que había planeado no sabía ni donde me encontraba parada solo sé que hay muchos establecimientos donde podría pedir empleo, así que me adentre a cada uno de ellos pero ninguno necesita personal, mi frustración era demasiado grande, al paso que iba sería una gran pérdida de tiempo estar en este pueblo además de que mi estomago pedía a gritos un poco de comida y no me quedaba de otra que comprar algo mientras averiguaba donde tomar el autobús de regreso a mi departamento sin levantar sospechas pues sé que si sabían que estaba varada mucho intentaran aprovecharse de mi situación.

Llegue a una pequeña cafetería para mi sorpresa estaba buscando una mesera, dios, casi grito de la emoción, entre al lugar como alma que lleva el diablo, y le pregunte al señor de unos 50 años que se encontraba sentado en frente de la caja registradora sobre el letrero de afuera.

-Buen día disculpe la molestia, pero quería saber si aun esta la vacante de mesera- Dije emocionada

-Claro que si señorita, el letrero lo acaba de colocar mi esposa pues el último mesero renuncio porque se mudaría de ciudad- Dijo con amabilidad el señor de la caja registradora, mostrándome una sonrisa de oreja a oreja

Dios fue un gran alivio sentía que el alma regresaba a mi cuerpo estaba tan feliz que podría gritar ahora mismo.

-Por dios llevo todo el día buscando un empleo, desearía que me diera la oportunidad de trabajar con su esposa y usted – Dije con una sonrisa en el rostro

-Bueno eso no lo decido yo, si no mi esposa Flor, pero me agrada tu actitud, voy a llamarla para que te conozca y por cierto me llamo Paul- Dijo con amabilidad para después dejarme sentada en una mesa

Pasaron alrededor de 5 minutos desde que el señor Paul dijo que iría a buscar a su esposa y no ha regresado y mi impaciencia ha empezado a hacer de las suyas, sentía como mi pie se movía rápidamente por debajo de la mesa de forma desesperada, cuando escuche una suave voz por detrás mío observe y era una mujer que podría ser de la edad de Paul, así que supuse que era la señora Flor así que me levante rápidamente y la salude con una sonrisa en mi rostro.

-Hola bella señorita, tú debes ser la joven que viene por la vacante de mesera, cierto-Dijo con una voz dulce y amable extendiéndome su mano en forma de saludo

-A si es señora, y me encantaría que me diera la oportunidad de demostrar que soy una buena niña, soy responsable y atenta en todo a demás estoy varada, no se ni dónde me encuentro, pero sé que por algo me subí a ese camión para terminar aquí - Dije con amabilidad y entusiasmo estrechando su mano

-Entonces no se diga más el empleo es tuyo bella señorita- Dijo con una sonrisa en el rostro

-Empiezas mañana mismo, y por cierto te encuentras en Leiden querida-Dijo lo último con tono burlón retirándose, dejándome con su esposo el cual me explicaría mis horarios y cual seria mi sueldo

Doy las gracias y prometo estar mañana a primero hora además de a ver aclarado si no había problema trabajar medio tiempo cuando entrara a la universidad y por suerte no hubo problema alguno eso me hizo sentir bien, estuve caminando un poco, pero creo que me encontraba perdida cuando de repente escuche el tono de llamada de mi celular, conteste al ver que era Dalia

-Carajo, llevo 5 llamadas y no contestabas por dios pensaba que te habían asaltado o peor que te habían secuestrado- Dijo con un tono preocupado y la respiración agitada como si hubiera corrido un maratón- En donde diablos te metiste señorita

Venus: Del amor al odioWhere stories live. Discover now