¿Dos semanas? ¿Estuvo en cama, inconsciente durante dos semanas? ¿En Yummeng?
Nada tenía sentido y el dolor de cabeza de Lan Huan regresó con todo su esplendor a medida que más preguntas formulaba su mente. ¡Él estaba en reclusión! ¡¿Cómo se supone que llegó a Yummeng?!
Sus pensamientos fueron interrumpidos por el sonido de la puerta siendo abierta, levantó la cabeza, observó como un sanador ingresaba y se acercaba a su cama. Lan Xichen dirigió la mirada hacia la puerta cuando escuchó que estaba siendo cerrada y notó que era el líder Jiang. Al parecer quería darle privacidad, lo cual agradecía.
El sanador se acercó e hizo una reverencia ante Lan Huan, el cual evitó que la terminara tomando sus brazos. El otro asintió y procedió a revisarlo, tanto físicamente como también en lo referente a su poder espiritual.
-Muy bien maestro, dígame, ¿Siente alguna molestia o dolor?
A Lan Xichen le fue raro que se dirigieran a él de esa manera, ya que todos siempre lo llamaban Zewu-Jun, Líder de secta Lan, Líder Lan, pero nunca como maestro. Sin embargo, lo dejó pasar.
- Aparte de un dolor de cabeza no siento alguna otra molestia. - el médico asintió ante esto y le indicó que tratara de ponerse de pie lentamente.
Xichen se movió de su posición sentada en la cama, para poner sus pies al costado de la misma y así poder levantarse. Cuando intento pararse, sin embargo, le costó mantenerse de pie ya que parecía que sus piernas no tenían fuerzas. Creyó haberse estabilizado y trató de dar un paso, pero falló y cayó. Cerró los ojos y se preparó para el impacto pero el mismo nunca llegó ya que alguien sujetó su brazo y rodeó su cintura para evitar que se golpeara contra el piso.
Al girar su rostro observó la expresión de preocupación que poseía el líder Jiang (¿cómo fue que llegó tan rápido a su lado? ¿no estaba afuera de la habitación?) y trató de aliviarla dándole una pequeña sonrisa y agradeciéndole. Y ahí estaba esa mirada de nuevo, llena de un sentimiento que hacía que a Lan Huan se le comprimiera el pecho, dejándolo sin aire. Estaba unida a una sonrisa de lado que Xichen jamás hubiera imaginado ver en aquel hombre que pareciera siempre tener una tormenta sobre su cabeza, como si estuviese a punto de estallar y azotar a todo el mundo, ante la más mínima provocación.
Jiang Cheng había estado atento a los sonidos en el cuarto y cuando escuchó al sanador pedirle a Lan Huan que se pusiera de pie, tuvo el presentimiento de que no sería una buena idea, por lo que se puso en alerta y apenas escuchó el jadeo sorprendido y algo parecido a pies tropezando, entró a la habitación a la velocidad del rayo y atrapó al hombre cuyas extremidades fallaron. Después de haber pasado dos semanas acostado esa era una reacción más que normal.
Xichen le agradeció con una sonrisa y Cheng no pudo hacer otra cosa que devolverla y, como había pasado anteriormente, Xichen pareció sorprendido ante este gesto, inclusive se pudo observar un ligero sonrojo en la punta de sus orejas.
Con cuidado lo sentó en la cama y el sanador asintió.
- ¿Sigue siendo el dolor de cabeza el único dolor?
- Exactamente, pero siento entumecidas mis piernas y mi cuerpo.
- Es normal, ha pasado dos semanas sin realizar algún movimiento más que el necesario. Le tomará algo de tiempo recuperar la movilidad. Pero apuesto a que no tardará nada a usted, maestro. Le recomiendo realizar pequeños ejercicios de movimiento, primeramente sentado y, una vez que sienta más confianza, trate de caminar. Obviamente debe haber una persona que lo esté supervisando, para evitar lo que casi ocurrió aquí pero que gracias al líder no pasó.
- No se preocupe. No creo que los muchachos lo dejen solo, una vez que sepan que ha despertado, no se apartarán de él.
- Excelente, Líder. En este pergamino están anotadas las hierbas que ayudarán a calmar el malestar y que lo ayudarán a recuperarse.
- YinZhou.
Luego de que Jiang Cheng pronunciara ese nombre una joven discípula ingresó a la habitación. Y se acercó al mismo, esperando sus órdenes.
- Lider Jiang.
- Lleva este pergamino al depósito de hierbas, que las preparen y las lleven a la cocina para que sean preparadas de inmediato.
- Si Señor.
Y así como entró, salió. Dejándolos otra vez a los tres en la habitación. Una vez que el sanador terminó de explicarle a Xichen que no debería de forzarse y que debería tener paciencia, salió y entonces solo sobraron él y el Líder Jiang, quien después de que el sanador salió, se acercó a la cama para tomar asiento a un lado de Xichen, que se tensó.
Había permanecido lejos del contacto con otro ser humano desde que inició su reclusión, que ya llevaba prácticamente un año y unos pocos meses, o eso creía. Durante ese tiempo se había aislado completamente del mundo. A veces oía como su Tío y su hermano se acercaban a la puerta del Hanshi, esperando que Xichen les abriera, pero él nunca lo hizo, entonces, se retiraban para volver a intentarlo al siguiente día.
Fue así durante los primeros meses, hasta que Xichen se dió cuenta que su tío había dejado de venir y era solo WangJi el que se acercaba a esa puerta, esperando.
Xichen entendía el porqué su tío dejó de intentarlo, se suponía que era el Líder de la Secta Lan, el número 1 del mundo de la cultivación, pero todo eso no era más que una farsa, una máscara para ocultar su verdadero ser.
Ingenuo, siempre esperando lo mejor de las personas, cayó en el engaño de aquel a quien llamó hermano y en quien confió hasta el punto de dejarlo entrar a lugares prohibidos para alguien fuera de la secta. Xichen fue el causante de múltiples desgracias, cegado por el aprecio al hombre vestido de oro. Le entregó el arma perfecta para realizar su plan e ignoró a aquel que fue su primer amigo. Quien siempre le había ayudado a ver la realidad cómo era, pero él se negó a creer que Guangyao era la serpiente rastrera que decían que era, hasta el punto de desconfiar de su propio hermano menor.
De haber creído en MingJue, de haber averiguado todo aquello que le dijo, él no estaría ahora en un cofre, sellado con el mismo hombre que lo obligó a estar en la condición en la que estaba ahora.
MingJue siempre le dijo la verdad, pero no hay peor ciego que aquel que no quiere ver.
Se negó a creer y quien pagó las consecuencias fueron aquellos a quienes amaba.
Su corazón y su mente volvieron a caer en el abismo en el que se sumió durante su reclusión, y la forma en que su manos y posteriormente, su cuerpo, empezaron a temblar, alertó a Jiang Cheng de que algo andaba mal.
- ¿A-Huan? ¿Qué ocurre? ¿Te sientes mal? Si es así ordenaré que llamen al sanador de vuelta y que te traigan....
Había dicho todo esto al mismo tiempo que tomaba una de sus manos y con la otra tomaba su barbilla para que lo viera, pero la mirada que observó en esos ojos cafés lo dejó momentáneamente sin aire.
Esa mirada, la que Xichen no había tenido desde hace años. Jiang Cheng podía recordarla como si la hubiera visto ayer, ya que prometió que nunca permitiría que el hombre sentado frente suyo la tuviese de nuevo.
Pareciera que el alma de Xichen hubiese abandonado su cuerpo, ya que el brillo usual de aquellos ojos se habían ido, y aquella culpa tomó su lugar. Pero no era posible, Xichen había superado esa etapa desde que terminó su reclusión, gracias a sus esfuerzos y a qué Jiang Cheng no lo había dejado solo.
Jiang Cheng trató de sonreír para animar al hombre pero este no parecía reaccionar, eso lo alarmó aún más.
- ¿A-Huan? A-Huan, escúchame. Lo que sea que estés pensando, debes detenerte de inmediato. Estoy aquí contigo. Mírame por favor.
Tomó el rostro pálido entre sus manos y juntó sus frentes para luego poder tomar las temblorosas manos del otro.
Xichen pareció volver en sí cuando vió al Líder Jiang tan cerca suyo y reflexivamente se alejó.
Ahí fue cuando Jiang Cheng cayó en cuenta de que esto era mucho más complicado de lo que pensaba que fue.
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Redescubriendo El Amor - Xicheng
FanfictionLan Xichen despierta en Yummeng Jiang, sin ninguna idea del motivo de ello. Está lleno de preguntas y una de las principales es porqué el líder Jiang lo llama de forma tan cercana. Se entera de que ha estado inconsciente durante dos semanas pero eso...