Fue como dejar caer un vaso de vidrio, intentamos unirlo pero con cada pieza armada era una cortada en la piel, no era profunda, solo era un pequeño ardor, pero tú te encargaste de romper lo que salvamos.
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Fue como dejar caer un vaso de vidrio, intentamos unirlo pero con cada pieza armada era una cortada en la piel, no era profunda, solo era un pequeño ardor, pero tú te encargaste de romper lo que salvamos.