14 - Y futuros que se encienden

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A pesar de que estaba a muchos kilómetros de distancia, los mensajes de Tadeo hicieron sentir a Olivia que estaba muy cerca.

Por alguna razón, el miedo que solía caracterizarla ante sus sentimientos no frenaba nada. Y ante cada mensaje volvía a sonreír como idiota. Y empezó a pensar más en Tadeo. Y a desear su regreso.

Quizás todo era una ilusión, pero se sentía muy lindo y no quería escapar de esa sensación.

—¿Te has dado cuenta que últimamente estás más pendiente del celular? —le preguntó Lucas el sábado por la noche, mientras ella miraba instagram en medio de la fiesta.

Vio que Tadeo había subido una foto de Colonia Basilia con un texto que la hizo sonreír. Le dio like.

—¿Y eso es malo?

Sus amigos se rieron.

—Es un efecto... a tener en cuenta —le dijo Gise.

—¿Y si acepto que me gusta me dejarán de molestar? —les dijo en un impulso.

—Al menos eres consciente, eso es bueno —agregó Lucas.

—¿Volverá al menos? —le preguntó Cami quien había empezado a sufrir la ausencia de Bruno que esa mañana había abandonado el pueblo y aun no respondía sus mensajes.

—Dijo que sí. Pronto.

—Ojalá cumpla...

Cumpliría. Olivia lo sabía.

"Me alegra saber que sigues con vida"

Le escribió y guardó el celular para disfrutar de los cantantes, de sus amigos y de todo lo que en ese momento era su presente.

Desde que había hablado con Tadeo, la idea de ir a Valedai se había instalado en su mente con mucha más potencia. Y desde ese momento, aun sin tomar la decisión, se dio cuenta de que debería aprovechar al máximo cada minuto en aquel refugio que ahora era su hogar.

Recién a la noche, cuando se acostó para dormir, leyó la respuesta del joven.

"Ya estoy en Émiton sano y salvo

Cómo sigue la fiesta?"

Acomodó las almohadas en su espalda para quedar sentada y le escribió.

"Bastante divertida, hoy he ido con mis amigos... Mañana es el cierre.

Tu has aprovechado el sábado en la ciudad?"

"Me encantaría ir al cierre, pero estoy lejos

Si, he salido a comer con un amigo y unas conocidas, pero no lo he disfrutado la verdad.

Si algún día vienes, iremos a comer al lago. Nadie me quiere acompañar ahí."

"Tienen un lago? No sabía

Me encantaría ir."

"Quien dice, capaz terminas viviendo en Valedai y ese lugar se convierte en tu favorito. Creo que te gustaría mucho."

Tadeo le envió una foto del lugar y Olivia se tomó unos segundos para observarlo. Era un lugar muy lindo, definitivamente, el joven ya conocía sus gustos.

De pronto, la idea de vivir en Valedai no le asustó tanto. Pero debía ser la magia que tiene la noche, que hace que los miedos se opaquen y las cosas parezcan más fáciles de alcanzar.

Intercambió varios mensajes más con Tadeo antes de despedirse y rendirse al sueño.

Al día siguiente, despertó con la casa en silencio. Sus padres habían salido temprano hacia el complejo Sauce Verde para aprovechar el último día de exposición.

Una parada en Colonia BasiliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora