Yo salía de un largo día en la universidad, había perdido el bus y me negaba a pagar por un taxi así que tuve que ir andando hasta casa con mis rizos tapandome la visión, el viento helandome la piel y mis pies que ya no daban más de sí.
Las calles se me hacían eternas y yo solo podía pensar en todo lo que me dijo ella, cuando me dejó sin nada, rota. Mientras yo pensaba que eramos como hermanas ella solo me usó y me echó a un lado, ¿es que sólo sirvo para eso? Ella me decía todo lo malo de mi y yo solo la amaba más. Le dedicaba canciones y ella me hacía esperar en la calle hasta que me llamaba diciendo que que no nos podíamos ver, estaba ocupada. Sin explicaciones, sin un adiós, solo un texto diciendo que me olvidara de ella.
Me senté mientras mis ojos se humedecían de nuevo, eso ya era rutina, estaba acostumbrada a apagar mis sentimientos pero el frío lo revive todo.
Todos mis pensamientos se desvanecieron cuando alguien se me echó encima. No pude gritar, solo me traté de deshacer de él y cuando me di cuenta ya estaba corriendo con mi cartera. Ya no tenía dinero para la cena. Lloré desconsolada, y aunque no lo edtiviera, me sentía sola, abandonada. ¿Un abrazo es mucho pedir? Siempre me costó pedir cariño, pensé que no lo merecía y aunque me muriera por tener el calor de alguien cerca, a la misma vez sentía rechazo por todo.
-¿Giulia? -me llamó Paola desde su habitación
-Ya llegué
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No me mires así
Teen FictionTodo empezó cuando tu mirarada se posó en la mía. El viento despeinandome y mi ropa descuidada pero ahí te encontré. Amar no estaba en mis planes pero el simple roce de nuestras pieles logró alertar todos mis sentidos