El Asesino De La Rosa Marchita

◇sinopsis◇

En un bar alejado, una joven lloraba desconsolada mientras un tipo gordo la penetraba con violencia ella le suplicaba que parara, el tipo terminó y la arrojó contra una pared cayendo ella inconsciente, una presencia entro en el pequeño cuarto donde se encontraba la joven, la tomó del cabello y la arrastró hasta su auto.

Condujo hasta una cabaña alejada de la ciudad, bajo a la joven la llevo hasta el sótano la amarró a una silla de manos y pies. Despues de unas horas abrió sus ojos observó a todos lados desorientada y asustada. Sus ojos se dirigieron a una esquina, específicamente a una persona.

Que quiere de mi- pregunto con voz temblorosa y llorando mucho

La persona no respondió se dedicó a buscar algunas cosas, cuando se volteó en su mano derecha sostenía un bisturí, se acercó a paso lento hacia la joven.

La chica estaba asustada se movió frenéticamente, grito tanto hasta que su garganta se desgarró, la tomó del cabello y enterró el bisturí en un corte perfecto que la dejó sin vida inmediatamente. Amaba eso, era lo mejor, ver como la vida escapaba de sus ojos, el sonido de sus gritos de dolor era la mejor sinfonía que había escuchado en su vida, sentir como su corazón dejaba de latir le llenaba de dicha y adrenalina.

Estaba sucia y olía mal, no se podía permitir que su obra de arte estuviera así, subió arriba abrió las llaves de la bañera, espero a que se llenara. El agua estaba tibia, arrojó pétalos de rosas y fragancias con olores a flores.

Metió a la joven sin vida a la bañera, después de unos minutos la bajó de nuevo al sótano, la acostó sobre una mesa. Saco un vestido blanco del armario y se lo coloco, con las tijeras hizo un perfecto agujero a la altura del corazón tomo el bisturí e hizo lo mismo pero ahora con su piel. Extrajo su corazón y lo metió en un frasco con algún líquido, limpio la zona y sonrió con orgullo su obra estaba casi terminada.

La subió a su auto la llevó hasta el lago, y la dejó a un lado, acostada sobre la hierba verde no sin antes colocar una rosa marchita en donde debería ir su corazón. Sonrio ante su obra de arte.

Fue así como surgio el asesino de la rosa marchita, porque los asesinos no nacen se hacen.