Capítulo 2

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Han pasado ya varios meses desde que Tsunade y Naruto, habían comenzado a vivir como madre e hijo, durante ese tiempo estos fueron muy felices y unidos, tanto que siempre estaban juntos 

Minato y Kushina durante ese tiempo, no dejaron de intentar de acercarse a Naruto, siendo inútiles los intentos, debido a que Tsunade no les permitía acercárseles, así como Naruto se les alejaba al recordar todo lo que le habían hecho ellos mientras aún era su hijo 

Kushina por su parte al estar desterrada, poco a poco fue notando el faltante de chakra, la falta de habilidades y comenzó a estar muy desalineada, debido a lo fuerte que fue el haber perdido su Clan e Hijo

—No debí de hacer lo que hice —decía una peliblanca mientras observaba el monumento Hokage con tristeza 

—No debimos Kushina, pero ahora estamos pagando lo que hemos hecho y no hay muchas probabilidades de resolverlo, ahora él es hijo de Tsunade y no hay nada que podamos hacer, solo intentar de que aunque sea nos perdone por haberle hecho lo que le hicimos —Minato susurró en voz baja, para que solo Kushina lo escuchará 

—Ojalá nos logres perdonar Naruto —pensó está mientras observaba el cielo nocturno

—Se que aunque quiero su perdón, no será muy fácil el lograr conseguirlo, desde que él nació lo maltratamos y odiamos por algo que nosotros mismos hicimos, no fue él, fuimos nosotros los que le sellamos al Kyubi, para después condenarlo a una vida de sufrimiento, tanto por los aldeanos de Konoha, como de nosotros que lo golpeábamos constantemente, no le dabamos de comer, ni le vestiamos, solo le dabamos una habitación vacía para que viviera —dijo la pelirroja con un gran dolor en su corazón, al entender todo aquello que erró mientras aún era madre del pequeño pelirrubio 

Minato al escuchar lo dicho por Kushina, sintió como si le clavaran cientos de kunai en la espalda mientras le gritaban que no valían para nada 

¡Maldito demonio!, ¡ojala te mueras!, ¡te odio!, eran las palabras por el que era conocido Naruto, nunca recibió ningún afecto más que el de Tsunade y esto lo sabía perfectamente Minato, él permitió que su hijo sufriera, olvidó el sello tan intrincado que le colocó a su hijo el día de su nacimiento, siendo que comenzó a verlo como un demonio que no valía para nada 

—No debí de hacer lo que hicimos, pero aunque sabemos que ya nunca seremos los padres de él, deberíamos aunque sea de pedirle perdón, pero...—dijo llamando la atención de Kushina que le dijo 

—¿Pero? —pregunto con cierto miedo  

—Tendremos que alejarnos unos años de el, durante mis viajes entre las misiones, yo aprendí que para personas como Naruto que han sido maltratadas por mucho tiempo, ellas necesitan un tiempo de soledad para poder perdonar; por lo que tendremos que esperar unos años antes de poder decirle algo, por el momento hay que dejarlo disfrutar de la niñez que le quitamos y de... su madre, aquella que siempre lo cuido —explicó a Kushina la cual quiso negar, pero al observar el rostro de Minato, entendió que este tenía la razón, por lo que asintió, para después irse a la antigua habitación de Naruto a llorar 

Esa misma noche pasaban sucesos muy extraños en Konoha, debido a que unos ninjas de Kumo que se habían enterado de lo que sucedió meses antes con el antiguo hijo del Yondaime, decidieron hacer la misión con la que venían encargados, con un doble propósito, capturar a la hija mayor de Hiashi Hyuga y a Naruto Senju Uzumaki para convertirlos en una máquina de crías 

—¿Están preparados? —preguntó el líder de la misión a sus ninjas 

—Si señor —dijeron todos en coro, para después comenzar a explicar 

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