ℍ𝕆𝕃𝔻 𝕆ℕ-𝔽𝕚𝕟𝕟 𝕎𝕠𝕝𝕗𝕙𝕒𝕣𝕕

ℙ𝕣𝕠𝕞𝕖𝕤𝕒

Era el último día que Finn se quedaba ahí, así que fue a cenar al hotel en cual se quedaban Nick, Mary y Finn.

—No, Mary, gracias—negó

—Pero si no comiste nada, Nini—dice Mary—¿Estaba malo?

—No, no—negó Nini—sólo es que estoy a dieta

—¿A dieta?—pregunta Finn

—Sí, subí tres kilos

—Nini, es una idiotez que hagas dietas—Nick sabía lo que había pasado con Nini así que trataba de hacerla sentir mejor—Ni siquiera se te junta un pedazo de piel con otro cuando te sientas.

—Es para mi autoestima, creo—dice Nini

—Mientras sea para sentirte bien contigo misma, sin dietas extremistas, todo está bien—sonríe Mary para retirar el plato de Nini

A los momentos Nini se encontraba vomitando en el baño, luego de leer tantos comentarios sobre su peso.

"La menor de las Hadid subió de peso", "Gigi con una hija y mejor cuerpo que su hermanita menor de diesiete años", "La prensa cree que Nina debe tomar una medidora y ponerla en su cintura", "¿Nini Hadid necesita una nueva dieta?", "Todos nos preguntamos por qué Finn Wolfhard está con alguien como Nina Hadid, chica que sube como diez kilos por semana", "Finn Wolfhard para nada que se fija en el físico". Eran los comentarios o incluso títulos de noticias.

Ella tapaba sus oídos sin querer escuchar a esas voces en su cabeza que le repetían una y otra vez que "era fea", que "no merecía a Finn", que "Finn pronto se buscaría a alguien mejor", que "estaba gorda", entre otras cosas que solo la hacían querer vomitar y dejar de comer.

El llanto siempre se hacía presente luego de vomitar con temblores en sus manos. Veía su celular con esos mensajes o con cuerpos de otras personas.

Desde una de sus otras cuentas seguía a cuentas de dietas extremistas e incluso de autolesión, "Ana y Mía" eran una de ellas, "Bella durmiente" era otra, "Rapunzel", entre otras. Con reglas, dejar de comer, vomitar, mantenerse con agua, cortar sus brazos, dormir para no comer, entre otras cosas.

Sí algo que Nini amaba hasta hace una semana era la comida, ahora parecía odiarla. Había pensado en cortarse cada vez comiera pero le daba miedo. "Eres una maldita cobarde", era lo que le decían las voces y no espero más para sacar aquella tijera en su mochila y comenzar a pasarla hasta hacer un corte, se quejó pero luego tapo su boca sin querer que nadie escuchará.

Los temblores en sus manos seguían junto a su llanto y ahora agregando la sangre que caía por sus muñecas.

Tiró la cadena del baño, limpio la sangre en sus manos, seco sus lágrimas, se echó rubor y brillo labial para salir del baño como si nada.

—Nosotros vamos a salir—Finn la tomo de la mano

—No muy lejos—responde la madre

—Vamos a ir un rato a la piscina y ya—ríe Finn

Al llegar abajo ambos doblaron sus pantalones por la parte de abajo para meter sus pies a la piscina, dejando sus zapatos y calcetines a un lado.

—No quiero irme—aún seguían tomados de las manos

—No quiero que te vayas, ¿Cuando vas a volver?

—No lo sé, creo que te toca ir a Canadá

—Yo con gusto acepto, tu familia me trata como si fuese una princesa—dice Nini

—Por cierto, mi papá hoy te mandó saludos

—Cuando hables con él dile que gracias y que también le mandó saludos