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Saturno, Plutón y la Luna

Ocho de Febrero. Su bebé hoy cumpliría su primer año de vida. Le haría una fiesta, o tal vez saldrían de viaje como una feliz familia.

Pero no, su bebé no existe. No está a su lado, tal vez en Saturno, y es deprimente celebrar el cumpleaños de un niño que no nació.

Llega a ese parque lleno de recuerdos tan felices que ahora duelen. Tiene la prueba de embarazo en su mano. Es la única prueba de que en algún momento su hijo existió.

Entonces lo ve ahí, sentado bajo ese casi desnudo árbol por el invierno que hace meses arrasó. Ahí está MinHo con una caja de picnic al lado. Mirando a la nada, respirando, existiendo. Existiendo como su hijo no pudo hacerlo.

Los recuerdos golpean fuertemente su maltratada mente.

Cuando lo conoció en aquella fila del banco, siendo atacado por otro señor. Se acercó a defenderlo y en medio de aquella discusión golpeó tan fuerte a ese irritable hombre en el ojo que su puño dolió. Chris, sorprendido, lo alejó del lugar.

Lo arrastró hacia una farmacia para comprarle un desinflamatorio y una venda. Recuerda extrañado como, después de un rato, se empezó a reír. Aún con su mano vendada y el dolor, se carcajeaba.

"—No era necesaria tu ayuda, pero la agradezco. Me llamó Lee MinHo, ¿cuál es tu nombre?"

Y frecuentaron. Salidas de amigos, caminatas por las tardes, a veces corrían por las mañanas e iban a juntos al gimnasio. Después de algún tiempo, algunos coqueteos de por medio, salieron a citas, se besaron en diferentes lugares, se miraron con tanto amor que terminaban en sonrisas tímidas y abrazos.

"—Una vez soñé que yo era de Saturno. Que caí en la tierra desde una nave. Tenía 13 años cuando tuve ese sueño.

—¿En serio? Entonces eres saturniano.—bromea. MinHo suelta algunas risas.

—¿Me amas incluso si soy un alienígena?

—Te amo mucho más ahora que sé tu verdadero origen.—ríen. Sus manos entrelazadas, acariciándose.

—Si fueras un alienígena, creo serías de Plutón.

—¿Por qué?

—Es mi planeta favorito, y tú mi persona favorita. Este tipo de conexión que sentimos solo puede ser porque eres plutoniano."

Recuerda su primera pelea, cuando Chris llegó tarde a la presentación de baile de MinHo, recuerda los golpes en el pecho escuchando un sin fin de palabras hirientes y la ira dibujada en el rostro, el dolor que sintió cuando le dijo que no quería verlo más.

Recuerda el vacío que lo bañaba después de una semana de no verse, también lo emocionado que se sintió al verlo frente a su puerta con una canasta de picnic y el rostro avergonzado.

Caminaron por las calles teñidas de naranja por el atardecer hasta llegar a un parque, cuando la luna hizo su aparición.

"—Ante la luna... te pido perdón. No debí tratarte de esa manera, pero estaba estresado por la presentación y todo eso, no fue una buena semana.

—Está bien, MinHo. No preocupes.—acaricia su cabellos y lo pega a su pecho.—¿Por qué ante la luna?

—Porque es bonita. Pienso que todos los seres del universo deberían honrarla.

—Creo que sí."

Y cada que debían pedirse perdón, iban a ese parque a contemplar la luna, a disculparse frente a ese gran satélite. También ahí le propuso matrimonio.