Esta noche fría, predecía lo peor. Quedaba poco para el final de la época de nieve, y aun así el frío parecía venir de las zonas mas gélidas del norte, arrastrados por un aullido que junto a la nieve, helaba la sangre.
Pero la sangre dentro de nuestras venas no eran las únicas que se estaba helando, asomado a la ventana veo loas cuerpos de aquellos que en su día llame hermanos, Si ellos pudiesen verme me llamarían cobarde, pero solo podrían ver un par de ojos asomados a una ventana manchada por la sangre y el hielo.
El crujir de la nieve continua junto al acechar de esos ojos rojos en la oscuridad totalmente, imposible de diferencia del pelaje de esta bestia. Si ni los mejores guerreros de la aldea consiguieron herirle yo lo único que puedo hacer es calmar mi respiración y esperan a que no huela mi miedo. los gruñidos se hacercan y se alejan y aunque los gritos cesaron hace escasos minutos, yo los sigo escuchando.
Esas voces que hace apenas unos días eran voces de jubilo. -¡Esta noche se bebe!- dijo levantando la jarra de cerveza - la caza de esta mañana a sido fructífera, podremos alimentarnos toda lo que queda de invierno- Sabelotodo, aun así brindamos en su nombre. Con los sonidos de las jarras la única preocupación de la noche era que la cerveza no se derramase por otro sitio que no fuese el gaznate, conversaciones entrelazadas conseguían que te perdieses en ese ritmo constante de cuchicheos y charlas, mezclándose cada vez mas con el canto de los borrachos y las historias de los ancianos.
Sin darme ni cuenta una leve sonrisa se esbozo en mi cara haciéndome recordar todas esas noches de celebración, grandes banquetes y la mejor hidromiel que jamás nadie haya probado. Por un momento me vi en esta gran sala, con esa elegante iluminación y con las mesas llenas de comida y bebida, todos felices brindando por un prospero futuro y yo acercándome a ellos agarrando mi jarra y cantando junto a ellos.
Y de repente el crujido de la madera de esta casa vieja y mohosa ¿ Pero que le vamos a hacer ? A ella le encantaba esta casa, siempre dijo que criaría a nuestros hijos entre las paredes donde ella se crió . Aun hoy me acuerdo de su alegría al hablarme de su infancia, decía que debajo de esta ventana veía a los cazadores llegar con sus presas para alimentar al pueblo. Cuando abrimos esa puerta juntos por primera vez ella llevaba un vestido blanco que se confundía con la nieve, de finas telas. La pregunte si tenia frío y ella con una sonrisa me contesto: - en mi hogar nunca pasare frío y menos si estas aquí.
Las lágrimas brotaron de mi rostro cayendo al suelo, acelerando mi respiración y clavándome unos ojos rojos en la nuca. Ella se desvaneció de mi mente, esa maldita bestia me la arrebato antes de que ni siquiera tuviese valor de poder salir de mi pequeño rincón de mi ventana, aunque el valor ya no es lo que preocupa. - Esa criatura ya sabe que estoy aquí - y un grito de agonía se escucho en la puerta, un grito de una niña una joven e indefensa niña. Parecía que mi valor todavía podría salvar a alguien, o en el peor de los casos condenarnos a los dos. Levantándome haciendo crujir el suelo, agarre el primer arma que pude encontrar y me abalance contra la puerta, y de repente, silencio. Ese ser se hallaba delante de mi, pasando a través de la puerta como si de humo se tratase, formándose primero sus rojos ojos, solté el arma y comencé a retroceder despacio hasta tropezarme y quedarme en el mismo lugar en el que me condene a mi mismo. Tras esa mirada que atravesaba mi alma, el fin.
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noche de caza
Short Storyuna noche oscura algo terrible pasa en una aldea del norte. Solo un superviviente es capaz de ver lo que esta pasando con la cabeza sobre los hombros