Capítulo 1

8 0 0
                                    

💬Narra Annie.
¡¿6:55?!

¡Oh mierda, llegaré tarde!

Un buen día para empezar con el pie izquierdo. ¡Genial! Lo que me faltaba. ¡Y para rematar! ¡Una notificación del primer atraso, justo el primer día de clases! Mis padres estarán orgullosos por ello. Vamos bien Annie, muy bien. Vaya manera la tuya de empezar el año.

Me apresuro a levantarme y me dirijo a la cocina a coger algo de desayunar mientras me visto, no pregunten cómo, pero en circunstancias como estas, ni siquiera se piensa dos veces las cosas cuando se hace. Salgo de mi casa, obviamente despidiéndome de mis padres, tengo esa costumbre de despedirme de ellos cada que salgo de la casa, puede que parezca raro, pero me he acostumbrado y se me haría raro no hacerlo. Aunque aveces no pasen en casa, cuando están, lo hago.

Como mi colegio no queda muy lejos, pero tampoco muy cerca, cojo siempre el bus, ya que tomar un taxi se me hace un desperdicio de dinero; pero como estamos en una circunstancia en la que no me interesa si me gasto todo mi dinero, contando que no me dan mucho dinero, pues cojo un taxi.

Llego al instituto, y obviamente el portón está cerrado, ¿Por qué? Porque ya son las 7:15am y el portón se cierra a las 7am y llevo 15 minutos tarde. Desde afuera le hago señas al señor que vigila el portón, que noce cómo se les llama, porque nunca he preguntado y la verdad no me importa demasiado averiguarlo.

Él se acerca a paso lento, pero muy lento, ¡Por dios! ¡Llego tarde y encima no se comide en apresurarse siquiera!

Claro Annie, encima que llegas tarde por ser una dormilona, le culpas al portero de su lentitud y no de la tuya al levantarte.

Portero. Eso. Así se les dice, que burra.

El portero está a un metro de mí y me dice que llego tarde. Dios, no me di cuenta ¿sabe?. Obviamente eso ya lo sé.

Me deja pasar, yo simplemente respondo con un "gracias" y corro hasta mi salón. Llego por fin y me encuentro con todos mis compañeros prestando atención a las clases de matemáticas. Genial. Enserio tengo tanta suerte, noce cómo...

-Srta. Clifford llega 15 minutos tarde-me dice mi profesor-.

¿Enserio? Fíjese que no me di cuenta que todos ya están en clases y soy la única en este colegio fuera de clases y con mi maleta encima. No. No me di cuenta.

-Perdón, se me ha pasado el bus.

¿Es enserio? De tantas excusas que existen. Eliges la más estúpida. Una genio Annie. Enserio, eres una genio.

Mi profesor me mira, niega con la cabeza, se da la vuelta y se dirige hacia su escritorio, al parecer me anotara en el leccionario. Por si no saben, un leccionario es como una hoja diaria en la que se escribe qué es lo que se hace en cada materia, como un resumen de cada día de clases, y justo en la parte donde dice "Observaciones" estará mi nombre, ¿Por qué? Porque llegue tarde. Y eso es malo. Porque en mi hoja de presentación estará mi atraso. Y mi conducta baja gracias a ello. Aunque pensándolo bien, no es tan malo.

¿Qué es tener conducta baja?
Ser una indisciplinada para los ojos de cualquier profesor y estar al pendiente de ellos.
Prefiero que no sepan de mi existencia. Retiro lo dicho antes. Es malo, muy malo.

Lo miro y me dirijo a sentarme en una banca desocupada que al parecer se encuentra al fondo del salón. Observo a mis nuevos compañeros, no conozco a casi nadie, algunas caras las he visto una que otra vez, pero nada.

Mi profesor continúa con la clase al ver que tomé asiento.

Llevo pocos minutos aquí y ya me encuentro aburrida. Sabiendo eso, me quedaba durmiendo en casa y entraba a la segunda hora que noce que tendré, pero espero que no sea con ningún otro profesor aburrido, porque hay profesores que por más que sepan sobre la materia, sólo escucharlos te aburre, es que hablan tan pero tan lento.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 20, 2015 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Sin rumbo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora