| Uno |

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☆゜・。。・゜゜・。。・゜★

________________ sabía que sus clases se daban por concluidas cuando el sol empezaba a ocultarse por el horizonte y el cielo cambiaba de color.

El día de hoy había tenido Etiqueta, Política y Cocina. La última dictada por la anticuada señora Zenin, la esposa de Naobito Zenin, quien, se encargaba de explicar minuciosamente durante tres hostigantes horas cómo debes servirle comida a un hombre de forma correcta y cuáles son los ingredientes que mantendrán la salud plena del mismo.

Por lo que, cuando finalmente ella dió aquellas liberadoras palabras, "Es todo por hoy ________________", un peso sería quitado de sus hombros mientras prácticamente escapaba de las garras de la señora de la casa.

Aunque soportando los regaños de la mujer por la bajo, quien, comentaba lo descortés que era que alguien se fuera a la hora exacta de culminación. ¡Como si realmente le importara eso!

—Agregaré una hora a las clases de Etiqueta para que corrijas eso —informó.

Se excusó diciendo que debería tomar propiamente un baño caliente para relajar su adolorido cuerpo e ir a acostarse pronto para mantener una buena apariencia.

Cuando estuvo fuera del rango visual de la señora Zenin, solo pudo correr lo más rápido que sus piernas daban a algún lugar muy lejos de aquel tormento. Solo quería respirar un poco y dejar de oír los horribles comentarios machistas de esa anciana. Daría un pequeño paseo y luego volvería a casa junto a su hermana.

Antes de que se diera cuenta, su inconsciente había tomado las riendas de su cuerpo y su memoria muscular dirigió a sus pies por aquel conocido camino a través de la hierba. Aunque no los mirara, podía reconocer aquellos árboles, marcados por ciertos de cortes profundos, algunos incluso con las pequeñas armas punzantes incrustadas por completo en su dura corteza todavía.

Intentó no hacer ruido al notar en donde se encontraba, vió el firme pasto volverse más oscuro y aplastado conforme avanzaba, pues, más adelante el suelo crudo e infértil se cernía bajo la escasa luz solar de los pocos rayos que lograban colarse entre las copas de los árboles.

Intentó no moverse, silenciando incluso a los frenéticos latidos de su corazón, como una presa temerosa de su depredador.

Mordió sus labios al oír los jadeos de esfuerzo a lo lejos, se sintió abrumada, creyendo incluso que aquel masculino aroma llegaba hasta su posición y la embriagaba. Tentada, empezó a mover sus pies con lentitud, aferrando sus dedos a la dura corteza, asomándose con temor por el borde del tronco, buscando endulzar su vista con el hombre que entrenaba a un par de metros de su ubicación.

En efecto. Toji Zenin se encontraba haciendo abdominales en medio del claro.

Apretó las piernas al momento de alimentar su codiciosa vista con la abrumadora imagen del torso desnudo de Zenin.

Admiró su cuerpo, descendiendo lentamente, el abdomen empezaba a tomar forma después de días de entrenamiento, contrayéndose y marcando los característicos cuadrados cada vez que ejercía fuerza al levantarse. Su piel brillaba por el sudor, los descuidados mechones azabaches pegándose a su frente y su rostro tan varonil como siempre.

Cerró los ojos para suspirar por ese hombre.

Cuando volvió a abrirlos, Toji desapareció.

—¿Qué estás haciendo aquí? —se sintió morir cuando el caliente aliento del hombre chocó contra su cuello, erizando su cuerpo entero—. Muñeca.

Levantó la vista con bochorno, encontrándose rápidamente con los ojos esmeraldas del mayor—. ¡Toji!

Había una sonrisa juguetona en los delgados labios de Zenin, el cual ya se encontraba resguardado bajo la delgada tela de su oscuro kimono—. ¿No te enseñaron eso en tus clases de Etiqueta? Es de mala educación espiar a las personas.

________________ frunció el entrecejo, levantando la cabeza para observar con mayor facilidad el burlón y sudoroso rostro de Toji Zenin, le molestaba que específicamente él bromeara con aquello—. El líder del Clan deberá soportar mis malos hábitos... supongo.

La traviesa expresión en el rostro de Toji se quebró, manteniendo su pacífica y aterradora sonrisa y las cejas juntas con molestia—. Pobre sujeto —murmuró, sintiendo las pesadas líneas negras cubriendo su vista—. Casarse a pesar de saber que el único que se cogerá a su esposa soy yo.

Antes de cualquier réplica, las grandes manos de Toji Zenin ya habían apretado sus muslos, elevando a su pareja varios centímetros por encima del suelo. ________________ solo podía quejarse de los duros relieves del árbol que lastimaban su espalda, valía la pena solo por sentir los suaves labios del mayor casi devorando su alma.

No le importó lo pegajosa que se sentía la piel de Toji después de entrenar o el amargo aroma de su cuerpo sudoroso, el cual, solo parecía hacerla caer con más fuerza.

Tampoco le preocupaba arruinar el precioso kimono que Naobito Zenin le había regalado en nombre de su hijo y muestra de aprecio por parte de su familia, Toji Zenin se encargaría de rasgar aquella finísima tela con sus propias manos.

Los ásperos dedos de Toji se colaron bajo su falda, disfrutando del tacto de la lechosa piel de su amante

Aquellas enormes manos parecían estar por todos lados, hacía un lío con todo su cuerpo, sus besos húmedos la hicieron perder la razón, la enorme espalda de Zenin la ocultaba por completo, apoyada sobre sus fuertes hombros para mantener equilibrio, los mechones oscuros hacían cosquillas en sus manos.

Sintió un hilo de saliva gotear por el borde de sus labios cuando la lengua de Toji jugó con la suya.

Ambos sabían que debían ocultar aquella prohibida relación, aunque, en ese preciso momento no tenían oposición alguna a tener sexo en medio del bosque, pero, las expresiones de molestia en sus ojos aparecieron simultáneamente al oír las voces de los otros miembros del Clan acercarse a su ubicación.

—¿Justamente hoy? —murmuró Toji con molestica, escupiendo palabras venenosas a los cinco idiotas que vendrían a buscarlo en busca de pelea. Aunque, desde hace un par de semanas los momentos íntimos que compartía con su pareja eran interrumpidos sin falta—. ¿La vieja bruja sospechará algo?

________________ suspiró, apoyando la idea—. Le dije que iría a tomar un baño.

Toji sonrió ante la respuesta—. ¿Es una invitación indecente?

[ Toji Boyfriend Goals ] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora