Fingir Nuestra Muerte [Todobaku]

En Una Bicicleta

Bakugo

Esto no es algo de una vez al mes, bastardo, es cada día, cada minuto, cada segundo de mi vida se trata de observarte, ¿crees que está mal? Somos dos hombres, sé que eso no debería ser un problema, pero en este mundo lo es.

Envidio a Yaoyorozu, a Kyoka, a Uraraka, ellas pueden acercarse a tí, me gustaría ser una chica, haber nacido sin un pene entre mis piernas y poder hablarte como quiero.

Nisiquiera estoy seguro de que seas hetero, tampoco estoy seguro de que no lo seas, podría simplemente levantarme de mi lugar e ir a confesarme, pero mi orgullo me lo impide...¿sabes algo? Muchas veces no sé si en realidad soy orgulloso o sólo un cobarde

Todoroki

Lo he notado, me miras mucho, te sonrojas y sonríes, es casi imperceptible para cualquiera, que suerte que yo no soy cualquiera, disfruto de ver tus acciones tan adorables.

Me gusta finjir que no lo sé, que no lo veo aunque esté frente a mis ojos el sentimiento que tienes por mí, lo hago para no presionarte, no quiero hacerte sentir estresado por algo que no lleva prisa alguna, sé lo que piensas, te preocupa que seamos chicos ¿no es así? Te preocupa que puedas darme asco despues de una confesión y rechazo, pero eso no es así, jamás será así

Tambien me gustas

Quiero ir hacia tí y decírtelo, lo que la gente piense... eso me trae sin cuidado, por mi parte, pueden joderse, pero tú, aunque digas lo mismo sé que en el fondo eres muy inseguro, quieres ser alguien respetado por todos y crees que el hecho de ser pareja de un hombre puede acabar con ese ideal, no te mentiré, tienes razón, la sociedad no escucha, se cierra a cosas que no conocen ni se molestan en conocer, les da miedo lo diferente, bola de idiotas.

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Bakugo

Tal vez deba dejar de lamentarme por el sexo con el que nací, voy a intentarlo, me arriesgaré, si no me aceptas ya veré que hacer con mi vida, por el momento eres mi único plan.

Ayer dejé una nota sobre tu escritorio, te pedía que hoy nos viéramos en el parque por la tarde, lo haré hoy, ya son muchos meses de estar escribiendo tu nombre en mis libretas, ya no quedan páginas en blanco, esa era mi señal.

Salí de mi casa, corrí al lugar en el que te cité, llegué y tú ya estabas ahí, me acerqué tímidamente, estaba nervioso, muy nervioso.

—Hola

—E-eh, hola

—¿Necesitas algo?

—Yo...quería decirte algo importante, sólo escúchame, ¿ok?

—Ok, dime

—Hace mucho tiempo que me gustas, sé que puede parecerte raro viniendo de alguien que casi no te habla y te mira como si te odiara pero...me daba miedo acercarme, pensaba que podría darte asco que un hombre se te declare pero ya no tengo nada que perder, no tengo idea de que haré si me rechazas pero aun así, sólo dilo—todavía tenía miedo, mis ojos empezaeon a humedecerse y soltar pequeñas lágrimas que iban cayendo por mis mejillas mientras cada vez se hacían más grandes.

—Oye, tranquilo, ya no llores— sentí como tus brazos me abrazaban y me apegaban a tu cuerpo, era tan cálido; correspondí al abrazo y enterré mi cara en tu hombro, paré de llorar casi al instante, eres todo lo que necesitaba para estar bien.

—Te acepto, me gustas mucho tu también, no llores, hagas lo que hagas jamás sería capáz de rechazarte

—¿En serio?