1. Cumpliendo un trato.

37 20 2
                                    

Mi corazón se aceleró y mis ojos pudieron ver aquel contratista.

Era un chico de algunos 25 años de edad, demasiado alto, tal vez, 1.90 cm. Su cabello era de un tono negro que hacia contraste con su piel blanca, sus ojos negros que por momentos resplandecían en un color amarillo.

—¿Entonces moriré?—pregunté dudosa.

—Evidentemente—contestó con una voz profunda

—¿Ahora?

—No— soltó una risa de burla—Te regrese a tu vida para que puedas cumplir con el contrato—arqueo su ceja—¿Recuerdas lo que pediste cierto?

Traté de recordar, pero me fue imposible.

—No, no lo recuerdo—trague saliva—¿Podrías recordarme qué fue lo que pedí? —dió un suspiro de fastidio.

—Lo siento. Términos de confidencialidad—me observó un momento y entrecerró sus ojos.

—¿Y mi familia?, Si se enteran que estoy viva me matarán

—Eso no pasará—se acercó lentamente a mi—Soy muy profesional cuando trabajo, así que tu familia, por más que traten de recordarte no lo harán. Tu no existes para ellos.

—¿Y cómo lograré... Lo que haya pedido en el contrato?

—¿En verdad, no lo recuerdas?—soltó una risa incrédula— Eres todo un caso, en verdad. Sobre lo que pediste, déjamelo a mí.

—¿Entonces?

—Por ahora, disfruta tu vida. Tienes otra oportunidad y por favor no me fastidies. Tengo demasiado trabajó.—se dirigió a la salida, pero, dio unos pasos hacía atrás par encontrarme con esos ojos profundo— Cuídate de los vendedores.

Y fue lo último, así como llego aquel contratista a mi habitación desapareció.

En algún momento de aquella noche, me quedé dormida. Cuando desperté, me dí cuenta que estaba en mi habitación.

—¿Tal vez lo soñé?—me dije a mi misma

Así que estaba dispuesta a investigar si había sido un sueño. Le marcaría a mis padres para saber si en verdad yo no existía para ellos.

Tomé mi celular y comencé a marcar el número de mi padre. A los tres timbres respondió.

—¿Quién habla?—al parecer no me tenía registrada en si celular

—Papá, soy tu hija—la risa de burla de mi padre apareció

¿Esto es una estafa?, Yo no caigo en estás estafas. No soy un hombre idiota—si le contará

¿Entonces no me recuerdas, papá?

—Haga perder el tiempo a alguien más. Yo tengo dos hijos asombrosos y los dos son varones—colgó en teléfono

En ese momento lo entendí, no se trataba de un sueño. En verdad había hecho un contrato con algo parecido al diablo.

Mi celular vibró, era la alarma. Y un recordatorio apareció en la pantalla de mi celular:

"Terminan las vacaciones de verano. Inician las clases y cambias de universidad"

—¿En serio?—gire los ojos con fastidio. Había olvidado por completo que tendría que cambiar de universidad.

Desde el accidente, no había podido recordar mucho. Era cierto, entraría a mi segundo año de Psicología y por supuesto me cambiaría de universidad. Ya que desde antes del accidente había pedido cambio de mi universidad a otra llamada "UNICAM"

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 07, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

¿¿Tenemos un trato??Donde viven las historias. Descúbrelo ahora