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La imagen que siempre recibía de Luo Binghe cuando regresaba después de un par de días del Reino Demoníaco era comúnmente la misma: Un Luo Binghe alegre con los brazos abiertos hacia él y una sonrisa bastante radiante que ocupaba todo su rostro, seguidos de varios “Shizun” que golpeaban contra el pecho de Shen Qingqiu cuando Luo Binghe lo abrazaba.

La imagen de hoy era bastante diferente. Shen Qingqiu supo que algo estaba mal desde el momento en el que Luo Binghe entró sin hacer ningún sonido en específico, acercándose por detrás de Shen Qingqiu, tomándolo de la cintura y girarlo entre sus brazos, para tener los labios de Luo Binghe contra los suyos un segundo después sin haber registrado nada de todo aquello aún. El beso era exigente, demasiado. Un intercambio de calor que casi le corta la respiración. Desesperado en una manera que nunca había recibido por parte de Luo Binghe.

Shen Qingqiu reaccionó y dio un ligero apretón en el hombro de Luo Binghe y eso fue suficiente para que el menor lo soltara, entendiendo el gesto de su Shizun en seguida y lo mirara finalmente a los ojos. La respiración de Shen Qingqiu ya estaba descontrolada por el frenético beso, pero la expresión de Luo Binghe termino de acelerar todo dentro de él. Sus ojos estaban ensombrecidos con algo que rozaba lo tenebroso, las esquinas de sus ojos brillaban en una luz rojiza, sus cejas estaban ligeramente contraídas y su boca en una línea delgada.

Shen Qingqiu jadeó involuntariamente. ¿Esta era la imagen que todos los demás veían de Luo Binghe?

¿Por qué se la mostraba a él? Pero más importante, ¿POR QUÉ DEMONIOS SHEN QINGQIU SE SENTÍA UN POCO ATRAÍDO A ESTA EXPRESIÓN? ¿Estaba acaso perdiendo la cordura?

Luo Binghe respiró pesadamente y dejó caer su cabeza en el hombro de Shen Qingqiu, “Shizun,” su voz era dulce, pero escondía algo más dentro de esa única palabra, “Este discípulo necesita el cuerpo de Shizun.”

Shen Qingqiu se paralizó momentáneamente y casi no reaccionó cuando Luo Binghe soltó una exhalación frustrada contra su hombro y se enderezó para verle de nuevo, con una sonrisa pequeña, “Olvida lo que dije, Shizun, preparé la cena. Espera un poco, ¿está bien?”, pero su rostro que siempre estaba feliz al poder verse después de un tiempo ahora lucia tan desesperado y estresado que Shen Qingqiu sintió su mano extenderse por si sola hacía Luo Binghe.

Sabía que Luo Binghe sólo necesitaba tiempo con él y quizás lo único que quería ahora era quitarse de encima cualquier problema que trajera desde el Reino Demoníaco, pero claro, nunca forzaría a Shen Qingqiu a una situación no consensuada y si Shen Qingqiu lo rechazara ahora, justo como Luo Binghe pensó que había pasado, le dejaría ir sin queja. Pero Shen Qingqiu quería hacer lo que Luo Binghe le había pedido. Quería quitar esa expresión de su rostro, pero más que otra cosa, quería explorar este lado de Luo Binghe.

Abriendo sus brazos en invitación, murmuró suavemente, “Ven aquí, Binghe”. Eso fue lo único que contestó Shen Qingqiu antes de ser aplastado por el cuerpo de Luo Binghe contra la pared, sus labios ocupados una vez más. El ritmo era tan enérgico que Shen Qingqiu tenía problemas para seguirlo, dejando que Luo Binghe llevara el liderazgo del momento. La boca de Luo Binghe era exigente y con su lengua pidió permiso para invadir la de su Shizun, explorando su interior y mordiendo aquí y allá como acostumbraba hacer.

Shen Qingqiu sentía que sus piernas comenzaban a dejar de responderle al sentir las manos intranquilas de Luo Binghe recorrer su cuerpo y dejarse llevar por el mar de sensaciones que estaba experimentando.

Shen Qingqiu gimió en su boca cuando Luo Binghe lo levanto por los muslos y lo apretó aún más contra él, juntando a ambos en sus lugares más sensibles haciendo que el cuerpo de Shen Qingqiu ardiera de repente. Sabía que Luo Binghe poseía una fuerza mayor a la suya, pero en momentos como ahora ese detalle lo ponía en una situación problemática al no saber como explicar la excitación que le provocaba. Shen Qingqiu rodeó las caderas de Luo Binghe con sus piernas y su cuello con sus brazos para evitar caerse, aunque sabía bien que Luo Binghe no dejaría que cayera por más desesperado que estuviera, al parecer lo suficiente como para no esperar a llegar a la cama antes de que lo estuviera desvistiendo.

Déjame tenerte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora