Con las manos temblando envió el primer mensaje, pasó saliva y cerró los ojos al sentir un potente dolor en la garganta, llevaba horas sin beber agua y aguantando las lágrimas, aquel mensaje era su ruego de ayuda, necesitaba al menos saber que alguien lo estaba leyendo, pero pasó el tiempo y Roth nunca lo leyó.
La presión en su pecho se acrecentó, ¿Se habría olvidado de él? ¿Quizás ya se cansó? Se lanzó a la cama y clavando la cabeza en la almohada se permitió llorar, el sentimiento de culpa lo estaba inundando, primero la muerte del gato y ahora sentirse culpable de desgraciarle la vida a Roth; solo quería poder gritarle que lo sentía, retroceder el tiempo y nunca haberle escrito, ahora sabía que le estaba arruinando la vida a alguien más, solo quería que Roth fuera feliz.
Se vió deseando la respuesta del chico, por una parte estaba seguro de que lo odiaba, pero, la otra aún creía que a Roth le importaba su existencia y que pensaba en él al leer los mensajes. Pero sabía que no era nadie, nunca lo fue y nunca lo sería.
El ardor en la garganta le recordó que debería tomar agua pero cuando se dispuso a levantarse de la cama inmediatamente se arrepintió, afuera su madre aún estaba bebiendo, si se aparecía terminaría golpeado de nuevo y bueno, aún los moretones en su estómago y costillas no desaparecían y de hecho aún dolían. Apretó los puños con rabia, ¿Como era posible que ni siquiera pudiera buscarse un vaso con agua? Estaba harto de su situación constante de seguir bajando y bajando que ya no lo soportaba.
Se armó de valor para simplemente pasar por ahí, porque era su casa y él podía, a pesar del miedo enorme que estaba arrastrándolo desde su espalda como un gigante tomándolo de su cintura, avivando cada uno de los pensamientos que lo volvían mierda.
Viviré en ésta situación para siempre
¿Acaso sólo esperaré a que mi madre me clave una de sus botellas y muera desangrado?
Mi padre ni siquiera está en casa la mayoría del tiempo, ni siquiera sé si ya huyó
No le importo a nadie
Sólo soy un egoísta que piensa que el mundo gira a su al rededor
Si muero ¿alguien me verá?
Moriré....
Los gritos de su madre ni siquiera podían ensordecerlo, sentía como si sus tímpanos hubieran desaparecido dejándolo solo con la voz en su cabeza y por primera vez en su vida decidió no ser débil, sus piernas se movieron como locas fuera de esa casa que le obligaba a llamar hogar.
Simplemente no llegó a entender dónde estaba, cuando de repente la estampida de carros a toda velocidad y luces resplandecientes en su rostro lo ubicaron, se encontraba en un viaducto sin cruces de peatones, donde los carros iban con la rapidez que tendrían en una carretera. Nicolas volteó y vio el vacío profundo que se encontraba en el acantilado, pero no se veía aterrador, era como el oscuro cielo, vivimos día a día con él y no sabemos qué hay más allá, algunos tienen curiosidad, otros simplemente lo ignoran y otros se aterran de el; en este caso, el jóven de ésta historia estaba preparado para descubrir qué había en ese más allá.
Recordó que si había alguien del cual pensaba despedirse, de sí mismo en el chat de Roth, pensó que ya no tenía miedo de simplemente obtener el viento en su rostro que tanto deseaba, escribió sus sentimientos más profundos una vez más en donde se encontraba el contacto de "Roth" Y lo envió junto a una dirección, ésta vez no sentía que debía arrepentirse a pesar de ese amargo perdón, pero aún así las lágrimas no dejaban de caer por sus mejillas humedeciendo su rostro a más no poder.
Los pasos del jóven eran resonantes y para él se escuchaban como si estuviera solo en la autopista más abandonada del país en un asfalto encharcado para hacer sus pisadas más desesperadas. No sabía qué pensar, tal vez simplemente actuó como el corazón se lo dijo, esa era una frase que nunca entendía pero por una vez en su vida Roth Lehner tuvo terror, tristeza, compasión, bondad, enojo, tantas cosas al mismo tiempo que no sabía cómo controlar y simplemente actuaba.
Corría sin parar y sentía que nunca jamás iba a llegar, sentía que nunca había corrido tan rápido pero simplemente no llegaba, como si diera vueltas en un bucle del tiempo que lo hacía transportarse a la misma calle anterior una y otra vez. Su ropa se balanceaba con el viento que chocaba contra él y se mojaba con las gotas de lluvia que decidieron aparecer para nublar su camino, además de los incesantes carros que iluminaban su rostro incandescentemente debido a la oscura noche.
Cuando pensó que había llegado miró al rededor sin saber qué encontraría, pero, ¿qué podría encontrar si no había nada? Todo estaba vacío, toda la acera del puente estaba vacía, no había un alma, hasta que entre los carros vio una sombra, alguien con capucha al otro lado de las carreteras, sujeto al barandal que separaba la acera de la profunda caída hacia el río.
Intentó detenerse a pensar, pero eran puras patrañas, sus pies volvieron a moverse rítmicos hacia la otra acera sin pensar en el alrededor, sólo en el que alguien moriría por su culpa.
Sus zapatos empapados dieron un paso antes de la acera contraria y pisaron con fuerza un charco salpicando, cuando el cuerpo del jóven Roth se inclinaba para llegar a Nicolas estirando su brazo, un destello apareció.
El destello alumbró mitad del cuerpo del rubio.
Nicolas volteó al escuchar una bocina y un estruendoso golpe sonando a sus espaldas viendo pasar la escena frente a sus ojos.
Todo parecía lento, vio cómo su compañero de clases era llevado por la parte delantera de un Fiat Palio color gris, doblando su cuerpo para luego caer estrepitosamente al suelo.
Las piernas del pelinegro se ubicaron en el cemento de nuevo, caminando a tropezones hacia la persona que menos esperaba que se cruzaría. Su brazo estaba probablemente roto y el lado izquierdo de su rostro estaba sangrando por arrastrarse contra el pavimento, Nicolas estaba llorando desconsolado, casi gritando, tenía un miedo extremo sobre la persona que tenía en sus brazos desmayada.
La persona del auto ahora abollado bajó rápidamente a ver la situación que había ocasionado, era un hombre horrorizado por la situación, los demás carros se detuvieron a ver qué ocurría y llamaron a una ambulancia una vez ver lo que sucedía.
Después de unos minutos se vieron luces azules y rojas titilando en los alrededores, los autos se movilizaron y paramédicos se acercaron a ambos adolescentes, Nicolas estaba tiritando del frío de la lluvia cuando cubría a Roth de ella, así que lo tomaron de los brazos sin forzarlo pero él se negaba a separarse aún llorando desconsolado, así que lo obligaron a ir para calentarlo con mantas.
A Roth lo subieron a una camilla inmovilizándolo, el otro jóven estaba harto de ver lo que sucedía frente a sus ojos y no paraba de gritar, sentía dolor, mucho, por lo que estaba causando y lo que iba a causar, hiriendo a los demás de nuevo, siendo tan inútil como en el inicio.
—¡Roth! — sacudió su cabeza gritando y gotas de lágrimas o tal vez lluvia saltaron de su rostro con ojos dolidos y alma destrozada.
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One Minute Before Tomorrow
General FictionRoth vivía tranquilo, tenía una bella familia, gozaba de amigos confiables, o al menos así se sentía. Una día normal de práctica en su deporte favorito recibe una carta con una advertencia de que recibiría un mensaje del mismo anónimo a las 11:59