𝑴𝒊𝒅𝒅𝒍𝒆 𝑶𝒇 𝑻𝒉𝒆 𝑵𝒊𝒈𝒉𝒕⠀ • 𝙹𝙰𝙽𝙴 𝚅𝙾𝙻𝚃𝚄𝚁𝙸 (EN PAUSA)

𝟎 𝟎 𝟐

──────────
𝐂𝐔𝐋𝐋𝐄𝐍'𝐒
──────────

•  •  •

Otro suspiro innecesario salio de los rojizos labios de la azabache... Estaba ignorando la verdad, su mente se lo recordaba

Un picor en las palmas de sus manos, le hizo fruncir el seño con molestia, miro al cielo y allí vio que tras sus emociones se habían juntado nubes de casi de color negro.

"Vamos, piensa en Didime, piensa en ella y cálmate de una puta vez."

- ¿Su majestad? .- ella hizo un sonido de pregunta.- Su hermano desea verla.

Tras escuchar aquello frunció su seño y cerro el libro que estaba leyendo, con un suspiro se levanto y dejo el libro en su mesa de dormir.

- Vamos.- Ordenó a su guardia.

Este reverenció sutil y la siguió tras su espalda, esta agarro su vestido para caminar de forma más tranquila, iba a paso lento. Como si nada importara.

Al llegar a las puertas, los guardias le abrieron las pesadas y fuertes puertas del palacio.

Y justo antes de entrar olores diferentes a los de todo el clan se valanciaban por su áspera nariz, frunció su seño y se adentro con su cabeza en alto, los vampiros ajenos se veían sorprendidos.

- Mi querida hermana, ven. Te presentaré a los Cullens.- por unos segundos sus ojos fueron hacia cierta rubia la cual la miraba fijamente, y está al encontrarse con su mirada la aparto rápidamente.

- ¿Cullens? Uno de los clanes que mata a mis preciados animales?.- su pregunta había sonado como una afirmación más que todo, su seño fruncido cambio a un bello rostro sin expresión alguna, fijo sus ojos en los dos vampiros de orbes dorados junto a una..¿Humana? Qué clase de misión suicida era esta?

"Que poco aprecian la vida de esa muchacha al traerla, ante el clan Volturi alias vampiros sangrientos versión trillones."

- Como osan traer a una humana ante nosotros?.- Exclamó con dureza filtrada en un comentario pasivo agresivo.

- Señorita, ella..Es mi Tua cantante.- Habló lentamente Edward

- Con más razón, aprecias poco su vida para traer ante mi.- sonrió de lado con boca cerrada, un brillo de cinismo en sus intensos ojos violetas.

Aquello llamó la atención de todos, claro. Ella aún portaba sus ojos mitad rojos, y estaba claro que ella no mataría a un animal inocente.

En los ojos de Aro se vió un brillo de emoción, era demasiado decir que la antigua joya era ella, portando miles de dones como si nada.

- ¿Qué es lo qué desean?.- su ceja se alzo, mientras enrollaba un poco la tela de su vestido para caminar bien sin tropezones, se dirigió hacía los tres reyes, más en si a Caius, se paro a su lado y se comunico mentalmente con el.

Su cabello negro azabache, danzaba con aquellos elegantes pasos y Edward y Alice, jurarón sentir una atracción inmediata hacía la vampira de orves rojos con dejes violetas.

Aclaró su garganta y habló - Venía por mi suicidió, pensé que mi compañera estaba muerta y no quería vivir.-

Una risa de ironia salió de los labios rojizos de la vampira.

- Ahora mismo tu apariencia fallada de un humano es lamentable, cuando un compañero muere, sientes que tu mismo mueres con él o ella, un dolor en el pecho duele tanto que quieres sacar tús pulmones vacios....En conclusión, lo que dices es una idiotes.- lo miró fijamente.

En cuanto sus ojos chocaron ella susurro "De rodillas" Los demás vampiros menos los tres reyes jadearon de sorpresa en cuanto el cobrizo acato su orden.

Ella camino hacía el con paso cortos y elegantes, lo miro nuevamente y miro a su compañera rubia.

- Jane...Ya que el vampiro "vegetariano" no deja probar tu don con la humana, hazlo con el.- órdeno, las dos se mirarón fijo pero luego la rubia miro al cobrizo y dijo aquella famosa frase temida por muchos "Dolor"

El grito de miedo de la humana al ver a su compañero tirado en el suelo gritando de dolor, aturdió a la reina, esta la miró con el sueño fruncido y se acerco a ella, siendo capaz de ver como esta retrodecía.

- Y tú..señorita.- pronunció con desagrado.- Vuelve tús sentimientos más reales muchacha, tú don es inservible ante mí, y lo se porque en este momento leo en tú mente algo muy valioso para tí..- Le sonrió viendo como el color rojizo de sus labios se iban y una cara de sorpresa llegaba en su inexpresivo rostro.

Todos fuerón capaces de apreciar aquella bella sonrisa llena superiodidad antes de que ella se marchará con Alek y Jane detras de ella y sus guardías propios detrás de ellos tres.

Lo que no sabían aquellos vampiros, era que Catherine le había hecho ver el infierno.