Un alma inocente

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En la soledad de un callejón oscuro, en una ciudad sin nombre, el viento helado de una noche de invierno recorre sus piernas y brazos desnudos y huesudos, la brisa provoca que su piel se erice y ella, sentada en el duro y frío concreto de la calle, se abraza a sus rodillas para tratar de calmar el frío, pues el camisón que lleva puesto no la abriga en lo más mínimo.

Hace un tiempo que vaga por las calles cual alma en pena, su piel traslúcida la hace pasar por un fantasma, aunque hay veces en que cree que lo es, pues por más hambre que tenga, no consigue llevar un poco de comida a su boca, por más frío que sienta, no logra abrigarse, por más tormentas que le caigan encima, no halla un techo en el cual refugiarse y por mas ayuda que pida, nadie la escucha. Es como si ella no existiera.

Hubo un tiempo en el cual no vagaba sola, tenía la compañía de otra persona, una con la cual podía desahogar sus penas a pesar de no ser muy comunicativo él, así como conseguir un poco de calor durante las noches frías; sin embargo, eso no duró mucho.

El pequeño niño que le hacía compañía pronto enfermo debido a las condiciones inhumanas en las que vivían.

Aún recuerda el último día qué pasó con él, le sonreía tratando de tranquilizarla pues por más gritos de auxilio que daba, nadie detenía su rutina para ver que necesitaba una niña con mal aspecto, una niña de la calle; por más que gritaba que su hermanito estaba muriendo, nadie tuvo el corazón para ir en su ayuda.

Así fue como quedó completamente sola; primero sus padres habían muerto en un terremoto y nadie se preocupó por ayudar a dos niños huérfanos que pronto fueron a dar a la calle pues no tenían forma de mantenerse, luego, la misma calle le arrebata a su hermano pequeño. Pero lo que le causaba más dolor no fue quedar huérfanos o parar en la calle, lo que hacía que su corazón doliera más y más cada día, era la indiferencia de la gente.

Como cuando fueron a pedir un poco de pan a una panadería y unas señoras muy bien vestidas los vieron por encima del hombro y les dijeron "niños con malas costumbres... ¡vallan a pedirle a sus padres!"; o también aquella vez que pensaron que si iban de casa en casa conseguirían algo de ayuda pero en vez de eso, conseguían frías respuestas que consistían en "no tengo nada para dar" o eran ignorados por personas que hacían como si no estuvieran en casa para no abrirles la puerta.

Ahora, en ese callejón oscuro, mientras empieza a caer la nieve, trata de abrigarse con sus huesudos brazos y ruega al cielo porque su sufrimiento acabe.

Mientras, ve como en un edificio al otro lado de la calle hay familias que comparten una cena caliente y su estómago se retuerce del hambre, por lo que pide a Dios que le permita ir a donde están sus padres y su hermano pequeño.

Y mirando hacia el cielo nocturno, sus ojos dejan caer sus últimas lagrimas de dolor y su mente cae en la oscura neblina de la inconsciencia olvidando dónde está y todo lo que la rodea.

Y en el medio de esa oscuridad, escucha una voz que pensó que jamás volvería a escuchar, "vamos Allie, es hora de irnos" le decía esa voz que conocía muy bien pero cuyo dueño no lograba divisar en tanta oscuridad. Luego de unos minutos, aquella oscuridad se convirtió en una luz tan brillante que dejaría ciego a quien la viera; sin embargo, en esa luz podía ver que quien se encontraba ahí era su hermano pequeño, quien estiraba su mano hacia ella para que la tomará.

Entonces, preguntándose ¿qué pasa con las personas en el mundo? Y ¿por qué ignoran a esos niños que a gritos silenciosos piden ayuda en la calle?, Allie toma la mano de su hermano pequeño y lo sigue hacia la brillante luz, abandonando así este mundo, una vez más, un alma inocente.

XxX

Y aquí, mientras les cuento la triste historia de Allie y su hermano pequeño, pienso que aunque es una historia inventada, tiene su parte de realidad. Pienso que allá afuera de las paredes en las que vivo hay un mundo con muchos niños en situación de calle que sufren tanto o más que la pequeña Allie.

Trato de reflexionar y pienso:

¿Vivimos en una sociedad en la que nos importa más nosotros mismos como individuos que ver niños aguantando hambre y pasando frio en la calle?

¿Alguna vez detuviste tu andar, miraste a uno de esos niños a los ojos y le tendiste una mano?

Los niños son el futuro de la humanidad, no los abandonemos a su suerte.

XxX

❤️Mil gracias por leer mis historias y
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⏰ Última actualización: May 25, 2021 ⏰

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