Dónde fuego hubo, cenizas quedan...
O al menos eso dicen las personas.
Sin embargo, no he visto a mi ex novio desde que salió de la secundaria... Ojala algún día pueda volver a verte...
/¡Advertencia!\
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El día estaba algo frío por la mañana, aún cuando era soportable preferí llevar una sudadera debajo y el paraguas también, siempre hay que estar prevenida ante todo; durante el camino sentí el viento helado chocar contra mi rostro, percibí como mi piel se erizo por completo, recorriendo cada parte de mi cuerpo, sople intentando calentar en vano mis manos y solo vi como salía vapor de mi boca. Se supone que no debería estar gélido, es primavera y parece invierno, no me imagino como estará cuando venga la estación más fría del año, empezaba arrepentirme de no haber llevado una bufanda para mantener el calor.
En la noche del día anterior me propuse en darle el dinero del paraguas, solo le pude dar las galletas que hornee con ayuda de Haku, justo en el instante que las deje en su mesa el timbre sonó y tuve que salir corriendo para poder llegar a tiempo a clase; en la salida lo busque pero no encontré ningún rastro de él, aunque sea ya sé que es de segundo año y en que salón esta. Desperté de mi burbuja cuando comencé a ver chicos con el mismo uniforme que yo, busque al chico de ojos tristes con la mirada sin éxito alguno, en la entrada de la secundaria por impulso seguí rebuscando hasta encontrarlo asomado en una ventana del edificio.
— ¡MIYAMURA-SENPAI! —grite con toda la fuerza que mi garganta permitía, también lo salude con mi brazo totalmente estirado, estaba demasiado encantada de verlo aunque fuera de lejos por ahora. Él me vio en cuanto escucho y con timidez respondió mi saludo matutino, con eso me quede tan contenta que el resto de las clases se me pasaron volando
En cuanto despedimos al profesor para iniciar con el descanso, salí apresurada a buscarlo en su salón, escuche que mis amigas gritaban mi apellido, sin embargo, hice caso omiso a su llamado; no sé porque tengo tanto anhelo de ser su amiga sin importar lo que digan los demás, tal vez porque me recuerda cuando tuve que pasar por la misma soledad que él, absolutamente nadie quería ser mi amigo, me veían como si fuera una plaga a la cual eliminar de la tierra, aunque todo eso no tiene mucho que paso pretendo que fue un pasado lejano que pronto olvidare.
—Miyamura-senpai —lo llame en cuanto me senté frente a él, dio un pequeño brinco de sorpresa, me aguante las ganas de soltar una risita —, ¿puedo almorzar contigo? —pregunte dejando mi bolsita en su mesa, al no recibir repuesta empecé a sacar mi comida.
— ¿Por qué...? —pregunto con la cabeza agachada
— ¿Hmm? —lo mire, ya no dijo nada —Porque, ¿qué? —pregunte, para que continuara
— ¿Por qué estás aquí conmigo? —cuestiono, aún sin mirarme.
«En realidad, no sé porque deseo estar contigo, simplemente así me siento.», pensé. Baje mi mirada mientras jugaba con mis dedos nerviosa
—No me gusto como te trataron la otra vez, por eso quiero permanecer a tu lado... —respondí, no sabía que decir exactamente —Bueno, ¿podemos ser amigos? —decidí mirarlo, él ya me veía sorprendido
