Una última vez || Volkacio || One-Shot

Parte única

¿Qué pasaría si supieras qué día morirás? ¿Cómo aprovecharías tu último día?

La tecnología ya no era la misma de antes, los cambios y avances no tardaron en hacerse notar, enfocadas hacia aquello que el humano aún no podía controlar: la vida y la muerte.

Buscaban prolongar la esperanza de vida, nuevas maneras de curar enfermedades, inclusive experimentaban intentando devolverle la vida a personas que la habían perdido.

Pero en el transcurso, lograron desarrollar una manera de predecir la muerte. Una ecuación que parecía simple, pero era más compleja de lo que se veía. Aquello permitía saber exactamente el día de la muerte.

Al principio era un rumor que pasaba de boca en boca, difundiéndose en redes como una conspiración, pero finalmente el gobierno decidió sacar a la luz aquel descubrimiento.

Desarrollaron una manera de monitorear a toda la población, inspeccionar sus constantes vitales, así como su estilo de vida y sus actividades diarias, consiguiendo la información necesaria para hacer el cálculo. De esa manera, recibirían un mensaje de texto en el móvil justamente el día en que morirían.

Muchos habían intentado utilizar aquello como una advertencia, encerrándose en sus casas para evitar cualquier peligro que pudiera ocasionarles su final, pero era inútil.

No podían evadir la muerte.

Con el paso del tiempo, las personas comenzaron a aceptar el avance, buscando diversas maneras de aprovechar al máximo su último día de vida, desarrollando una aplicación que mostraba la lista de personas que morirían el mismo día que el usuario.

De esa manera, no había forma de pasar el último día en soledad, a menos que así fuera deseado.

Horacio había pasado su vida entera junto a su hermano, Gustabo. Sin embargo, años atrás, el fatal mensaje llegó para el rubio.

Decidieron pasar el último día viendo películas en casa, pues fue así como el de ojos azules lo quería. Al caer la noche, un ataque al corazón finalizó con su vida.

Desde eso, había quedado completamente solo. No tenían más familia, y tampoco solía socializar con más gente. Se había encerrado en sí mismo, negándose a aceptar a alguien más en su vida. No soportaría una pérdida más.

Es por eso que cuando su móvil vibró, mostrando aquel mensaje en la pantalla, un escalofrío recorrió su cuerpo. No tenía miedo a la muerte, pero sí a morir en soledad.

Recordó aquella aplicación de la que tanto había bromeado antes, "¿Por qué alguien quisiera pasar su último día con un desconocido?".

No tardó mucho en descargarla, rodando los ojos ante lo irónico de la situación.
Comenzó a deslizar entre la lista de personas, esperando encontrar alguna que le pareciera agradable.

Había pocas opciones, la mayoría eran ancianos. Se rio de sí mismo al creer que habría más gente joven muriendo aquel día; después de todo, tenía sentido que fueran, en su mayoría, gente mayor.

Estaba a punto de cerrar la aplicación cuando una nueva persona apareció en la lista. No tenía una foto, únicamente el nombre y la edad, pero con eso le bastaba.

Viktor Volkov, 28 años.

Dio click al instante, mientras más tardara en contactarle, menos tiempo del día les quedaría. Tampoco sabía a qué hora moriría, así que prefería prevenir.

→ Hola, buenos días.

La pantalla de su celular se iluminó. Había ingresado a la aplicación con la esperanza de conocer a alguien, siguiendo el consejo de su amigo. "Morirás sin haber conocido gente nueva" solía repetirle Greco.