Mi cuerpo se vio suspendido en el aire por una milésima de segundo y casi por un instante, experimenté lo mas cercano a volar.
Tan efímero como la gravedad misma me lo permitió, en seguida me encontré con la duela que se hallaba bajo la suela de mis zapatos, fue entonces que me vi de frente, con mi imagen en el espejo para sentirme como una completa desconocida, con una mezcla de agitación y mi rostro cubierto por el sudor.
¿Cuánto tiempo llevaba practicando ya? ¿8 horas? ¿9 horas? Ni siquiera recuerdo que fue lo ultimo que comí, o si es que acaso lo hice en algún momento.
Solo respiro profundamente y me agacho, mirando mi calzado, mis piernas temblorosas y buena parte de mi cuerpo envuelto por el calor y dolor, esperando recuperar un poco del aire que perdí en ese último esfuerzo.
"Madre, esto lo hago por nosotras."
Esa idea ronda mi cabeza una vez más, mientras recobro mi postura y me estiro para reajustar mi cuerpo a su forma normal, aunque... Después de un arduo día de dura práctica, podría jurar que algunas de mis extremidades se me saldrían en completo estado líquido.
La puerta del estudio sonó, alguien de pie en el umbral de esta me miraba desde ahí, sacándome de mi mar de pensamientos.
─¿No crees que ya fue suficiente?
"Levi" pensé al verlo, dejando ver en mi rostro un gesto con cierta gratitud, de no haber aparecido seguramente seguiría y seguiría hasta el desmayo.
─Debo hacerlo bien, hasta que salga como debe salir.
En seguida dirigí mi mirada hacía el, mientras que el no dudaba en acercarse hasta donde yo estaba, yo solamente pude quedarme estática cuando de su maleta sacó una toalla pequeña, pasándola con suma calma y cuidado por mi rostro y mis cabellos, juraría que entre mas sentía aquel trozo de tela conducido por su quieta y firme mano acariciar mi rostro, caería rendida sin importar que tal vez mi cara se estampase contra el cuerpo masculino delante mío.
─Ya lo haces bien, solamente son tus nervios.
Su voz, que con tono apacible y bajo, penetró en mis pensamientos. Con esa manera que me resultaba inquietante, la habilidad que tenía precisamente el para brindarme cierta sensación de calma, solamente nos mirábamos, no era algo más, no había nada más, pero cuando podía encontrarme con su rostro, percatarme de su semblante, mirar fijamente a sus ojos, algo cambiaba inmediatamente dentro de mi, como una especie de interruptor.
─No solamente debuto yo, debutamos todas, las cinco. Después de muchos años este es el reflejo del camino que hemos recorrido, sí lo echo a perder...
─Vamos Mikasa, por favor. Eres la integrante más valiosa, no te puedes permitir pensar de esa manera.
De pronto sentía las palabras ajenas rebotar contra mi pesimismo, de una forma que mi rostro se venció finalmente a sabiendas de que todos esos miedos me hacían regresar a esos años en que solo era una niña sin experiencia, en un mar lleno de gente que podrían decir cualquier cosa sobre ti y tu no podías decir absolutamente nada.
Pero ya no tengo dieciséis años, tengo una carga importante sobre mis hombros, liderar con mano firme, guiar a mis compañeras, que ellas vean mi confianza reflejada significará que ellas también podrán tener confianza en sí mismas.
De nuevo me veía en cada reflejo que encontraba, en esos espejos que no hacían mas que repetir mi imagen una y otra vez, mi mente entonces recobraba lo que hace unos instantes se sentía como estar levitando, cual globo que era tomado de nuevo y de vuelta a la superficie más cercana a la tierra.
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𝐕𝐄𝐍𝐔𝐒 𝐌𝐔𝐒𝐄
FanfictionUn nuevo grupo pop de chicas debuta después de duros años de entrenamiento en AOT LABELS aunque tendrá que enfrentarse a las dificultades de formar parte de un mundo competitivo, de falsas apariencias y amores complicados, tratando de mantener una b...