Severus y el alcohol.

Severus parpadeó al despertar, por un momento entró en pánico, no reconoció el techo de la cama con doseles pero el olor conocido de cierto Alpha lo tranquilizó poco a poco hasta que terminó ligeramente nervioso.

Porque aquí había de dos sopas: Harry Potter había sido su salvador o Harry Potter había estado tan ebrio como para llevarlo a su propia cama y follarlo.

Se sentó en la cama pasando sus manos sobre su cara, fue una semana de mierda y se confió de sus habilidades al beber junto a Minerva McGonagall.

Esa mujer tenía un aguante del demonio, Severus no sabía explicar cómo su hígado permanecía intacto, la experiencia le había ganado a la astucia en esta ocasión.

Bostezó estirando cuál gato su cuerpo, si era un invitado no había razón por la cual debía sentirse cohibido. Se mantuvo cómodo por unos segundos, debía irse pronto.

Quería evitarle al muchacho tanto la vergüenza como las molestias dependiendo de las acciones de ayer del —ahora— Lord Potter .

Sus ojos se humedecieron del esfuerzo, frotándose los ojos miró alrededor, fue ahí que se percató de la presencia de Potter, este le sonreía con labios estirados.

—Buenos días, señor. —Entonces solo lo había ayudado, sinceramente Severus no sabía por qué pensó que Potter se acostaría con él,se burló mentalmente de la idea, Harry caminó hasta sentarse en la cama—. Le traje café y un remedio para la cruda.

El muchacho lo miraba brillante, como fue desde la finalización de la guerra, Severus al principio sospechó del muchacho, pensó que estaría buscando algo como venganza o decirle todo lo que era su culpa. Eso nunca pasó.

Agradecido tomó la taza de café, tenía resaca, la cabeza que le palpitaba constantemente era suficiente evidencia.

Miró a Harry quien aún le sonreía con poción en mano, fue así que recordó lo que había pasado la última vez que bebió tanto.

—Oh Merlín, ¿Qué hice esta vez? —Gimió avergonzado por primera vez delante del chico—. Dígame que no hice el ridículo.

Harry no calificaría eso como ridículo, le pareció tan atractivo que luchó por contenerse cuando lo trajo la noche anterior.

Posiblemente el hombre no sabía que sus supresores de olor habían fallado y Harry —junto a la mayoría de esa fiesta— ahora sabía su casta, la cual antes había sido dudosa.

—Bueno, para empezar creo que debería estar preparado para un titular de 'Espía de la luz es un Omega', supongo. —Murmuró algo avergonzado—.

Severus miró al chico de mejillas sonrosadas, por supuesto que sus feromonas actuarían más fuerte por el Alcohol, soltó un gruñido lamentable bebiendo de su café.

Se sorprendió al descubrir que estaba tal como le gustaba pero no preguntó sobre ello. Al ver que no había incomodidad alguna en el chico, decidió quedarse un poco más.

—Ilumineme por favor, ¿Qué pasó anoche? —Harry se sonrojó aún más y Severus temió lo peor— Oh, Salazar, ¿tan malo?

—B-Bueno, ayer estábamos Hermione, Ron y yo en la mesa que nos dedicaron cuando... —Harry empezó a relatar—.

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Hermione se atragantó, escupió hacia un lado tosiendo de forma aturdida por algo, luego se rió sorprendida y con el sonido ahogado la muchacha se tapó la boca emocionada.