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Luna;

hoy es 25 de abril, hace un más de un mes que vivo con lucas y hace más de un mes que con tomas la cosa viene cada vez mejor.

el vivir con lucas me ayudó mucho en todo, el sin querer, poco a poco me fue involucrando en sus negocios. Cosa que a tomas no le gusto.

pero me esta sirviendo, no solo por qué saco más plata de acá que de mí anterior trabajo, si no que me va tan bien como a el.

el mayor miedo de lucas era irse a buenos aires y dejarle el negocio a cualquiera, pero yo no soy cualquiera.

le demostré que puedo hacer las cosas igual de bien que el, que puede irse con la mente en paz y sin preocupaciones.

Mauro me estaba ayudando con ese tema también, no me paraba de decir narco-barbie tampoco.

-hola reina, te extrañe-. dice tomas dándome un beso.

-hola lindo, yo también-.

-vine por que ahora viene el tranza a traer mercadería, no quería que lo recibieras sola-.

alce una ceja y lo mire mientras el tomaba agua.

-osea que no viniste a ver a el amor de tu vida por qué la extrañabas, si no, que la viniste a ver por qué te da celos que esté sola con un delivery de merca?- dije sarcástica con una sonrisa escapándose de mis labios.

el ironiza pensarlo

-mmm, si- para luego reír junto a mí.

-me llevo bien con nahuel, no hacía falta que vinieras. No me iba a pasar nada-.

-uno nunca sabe. Te hacen algo y los mato-.

fui a darle un beso y alguien golpeando la puerta nos interrumpió.

tomas fue a abrir y volvió al living con dos pelados que parecían de mí edad, atrás de ellos estaba Nahuel con un bolso.

yo estaba parada del otro lado de la mesa, frente a ellos.

-ella quien es?- pregunta uno de los pelados, tenía tatuado un cuchillo en la frente y otras cosas que no distinguía.

en cambio, el otro iba con la cara limpia de tatuajes.

-la dueña del terreno, por qué? algún problema?- respondí seca.

-ella es la piba de la que les hablé- dice nahuel.

luego de eso me abraza y da un beso en el cachete en forma de saludo.

-revisalo así estás bien segura de que es lo de siempre- vuelve a decir el.

-toma, está la plata justa como siempre negrito-.

mientras yo le entregaba el fajo de plata, tomas revisaba el bolso.

el dio el okey de que estaba todo bien, saludé a nahuel y se fueron.

me acosté en el sillón agotada, había estado de un lado al otro todo el día.

tomas se tiró encima de mí como si pesará lo mismo que un caniche toy.

junto los labios en un casto beso y dijo

-somos como bonnie y clyde ahora-.

al escuchar eso sonreí y lo bese, pero una puntada en mí pecho se hizo presente. Obvio la ignore, si sabía lo que era.

era mí corazón rompiéndose, por qué estaba mintiendole a mí gran amor.
ideando un plan para verlo brillar, quedándome yo acá, sola en la paz.
manejando un negocio bastante particular, teniendo que dejarlo ir, sin mirar atrás.

no importa cuánto nos duela mí amor, todo dolor tiene su final.


























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Cutral Co ; croDonde viven las historias. Descúbrelo ahora